Michael Phelps es un tipo asequible, alegre, incluso bonachón. Pero
es también un deportista competitivo, muy competitivo. Su actuación
en el Mundial de Barcelona le coronó como nuevo rey de la natación
y ahora es el centro de todos los focos y miradas. Está entrenando
en las piscinas de Son Hugo junto al resto del equipo
estadounidense para aclimatarse ante la llegada de los Juegos
Olímpicos de Atenas, donde tratará de superar -nadará ocho pruebas-
las siete medallas de oro logradas por Mark Spitz en Munich'72. En
Palma aseguraba que acepta la presión y que le gustaría equipararse
a Michael Jordan. «Él cambió el baloncesto y a mí me gustaría
cambiar la natación».
-Falta una semana para que comience a competir en Atenas. ¿Cómo
se encuentra?
-Desde que comenzamos los entrenamientos en Standford y conseguí
clasificarme en las pruebas norteamericanas mi intención es nadar
lo más rápido posible. Creo que estoy en un buen momento e
intentaré ser el más rápido en Atenas.
-Se especula sobre la posibilidad de que bata el récord de Mark
Spitz. ¿Piensa que puede igular o superar los siete oros que logró
Spitz en Munich'72?
-Creo que lo que conseguí en las pruebas clasificatorias ya hay
que considerarlo como un éxito. Soy el primer nadador que logra
clasificarse para seis pruebas individuales. El récord de Spitz...
Mi primer objetivo es ganar una medalla de oro. Volví de los Juegos
de Sydney sin haber ganado ninguna medalla y creo que ser el
primero, subir al podio y oir desde allí el himno de tu país es lo
más grande que puede sentir un deportista. Yo todavía no lo he
vivido y quiero vivirlo.
-¿Sus sensaciones en los entrenamientos son que lo va a
conseguir?
-He entrenado muy bien las cuatro últimas semanas. Creo que ha
sido positivo acabar las clasificatorias y poder entrenar tranquilo
con la mente puesta únicamente en los Juegos.
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