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El Comité Olímpico Internacioanl le ha declarado la guera al dopaje y se han empeñado en perseguir a los deportistas que utilizan sustancias prohibidas para aumentar su rendimiento. Están realizando controles por sorpresa, y ninguno de los atletas que va a competir en Atenas está exento. Ayer le tocó el turno a la selección estadounidense de natación. Dos dirigentes de la Federación Internacional de natación (FINA) se identificaron como tales en la puerta de acceso a las piscinas de Son Hugo, instalación que acoge los entrenamientos de los norteamericanos, justo en el momento en que Michael Phelps, la estrella del equipo, estaba atendiendo a los medios de comunicación y cuando la sesión prácticamente había finalizado para todos los componentes del equipo.

Los dos dirigentes de la FINA, tras ser presentados ante los máximos responsables del equipo americano de natación, solicitaron la presencia de algunos deportistas elegidos por sorteo para que se sometieran a los controles, consistentes en análisis de orina.

«No se han hecho públicos ni los nombres de los nadadores ni los resultados de las muestras de orina. Lo único que sabemos es que los dos dirigentes de la FINA son médicos de nacionalidad española», señaló Monserrat Ginesta, directora del complejo.

Los equipos de natación de Estados Unidos y de Alemania comparten las instalaciones de Son Hugo en el periodo de concentración que están realizando en la capital balear y que finalizará el próximo martes, cuando ambas delegaciones emprenderán su viaje a Atenas.