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La carrera deportiva de Víctor Manuel Casadesús Castaño (Palma de Mallorca, 1985) ha entrado definitivamene en su fase más dulce. Después de avanzarse al menos un año en su escalada hacia la elite y acreditar un excelente nivel de juego poniendo su clase al servicio del filial, al delantero bermellón le ha llegado el mejor de los reconocimientos posibles: el de los títulos. El atacante ya puede presumir del Campeonato de Europa sub'19 que ilumina su currículo y puede hacerlo con la certeza de que su grado de compromiso con el equipo ha sido absoluto. Fijo en todas las alineaciones de Ufarte durante la competición, el mallorquín se ha proyectado como una pieza básica de la nueva generación del fútbol español y ha cumplido con un sueño que se prevé como el primero de una extensa lista.

Víctor llegaba ayer a Palma procedente de Suiza y tanto su rostro como sus palabras delataban la felicidad que le inunda. «La verdad es que no me lo hubiera imaginado en mi vida, ni en el mejor de mis sueños», asegura.

El jugador reconoce que el simple de hecho de acudir al torneo suponía un premio enorme al esfuerzo de toda la temporada, pero no creía que su presencia en el once tipo español fuera a ser tan prolongada. «Habíamos estado trabajando en la concentración de Madrid antes de viajar a Nyon y me conformaba con estar en el grupo y echar una mano cuando el entrenador lo necesitara, pero al final emíster ha contado siempre conmigo y puedo estar muy satisfecho de mi rendimiento». El futbolista reconoce en cambio, que antes de la final ante Turquía sus sensaciones se habían disparado. «Nunca había jugado un encuentro tan importante en mi vida y hasta que el balón no se puso en marcha sentía los nervios propios del momento. Por suerte todo fue bien y ahora tenemos que celebrarlo como se merece».

Con la victoria en la final ante Turquía, la cantera española reiteraba su mandato en las categorías inferiores y al plantel actual se le plantea ahora un reto descomunal basado en repetir este éxito a nivel absoluto. Conviene recordar que en ese mismo vestuario, destaca también la presencia de otro mallorquín, el meta del Espanyol Gabriel Ribas, que defendió la portería nacional en el último partido del torneo.

Ahora a Víctor se le abren las puertas del primer equipo del Mallorca, donde esperará una oportunidad para que se progresión y su fútbol no se detengan.