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El futuro de Gonzalo Colsa ha dejado al descubierto las primeras grietas en la planificación del Real Mallorca 2004-05. Mientras el club le considera una pieza notable en su próximo proyecto, el entrenador no sólo no cuenta con él sino que le abre de par en par las puertas de salida. «Luis me dijo que lo mejor para ambos era que aceptara alguna de las ofertas que el club había recibido. Yo le comuniqué al secretario técnico el pensamiento del míster y, evidentemente, mi intención de marcharme porque no quiero estar a disgusto en ningún club. Soy joven y lo que quiero es disfrutar jugando al fútbol», indicó ayer Colsa a esta redacción.

Tal y como avanzó ayer este periódico, el futbolista le manifestó el pasado martes a Pep Bonet que no quería seguir en el Mallorca porque el propio entrenador le había invitado a marcharse: «Sé lo que piensa el entrenador, pero yo no tiro la toalla. Es un asunto que deben arreglar el Mallorca y el míster. Si me quieren, seguiré, porque me encuentro muy a gusto; pero lo que no pueden pretender es que el entrenador me diga que no cuenta conmigo y que me quede tan tranquilo».

El futuro de Colsa puede convertirse en uno de los culebrones del verano. El futbolista tiene un año más de cesión en el Mallorca, que además posee el 50% en caso de un futuro traspaso. La nueva situación obligará al club balear a negociar con el Atlético de Madrid, que no está dispuesto a pagar cantidad alguna por un futbolista de su propiedad hasta 2008. El Sevilla se ha interesado por su situación, aunque en las últimas horas suena con fuerza el Málaga, si finalmente concreta el fichaje de Gregorio Manzano, el principal valedor de Colsa.

La mala relación que mantienen Luis Aragonés y Gonzalo Colsa viene de lejos. Hace dos años, cuando el técnico de Hortaleza dirigía al Atlético de Madrid, el centrocampista cántabro tuvo que emigrar en busca de una oportunidad. Fue cedido al Real Valladolid, donde completó su mejor temporada en la elite.

En la presente campaña comenzó con fuerza. Poco a poco, coincidiendo con la llegada de Aragonés, su rendimiento descendió, aunque siempre se mantuvo en el once inicial. Todo cambió en el último tercio de Liga. De repente, sin ninguna explicación, Colsa desapareció del mapa y pasó de la titularidad a la grada. La semana pasada, jugador y entrenador volvieron a mantener un cara a cara.

En el transcurso de esa conversación, Luis le dijo que lo mejor para ambos era que aceptara alguna oferta y se marchara. El jugador se quedó atónito. Apenas un par de semanas antes, cuando no entraba en los planes del técnico, el club le había transmitido tranquilidad y confianza. Pero Colsa no se conforma con entrenar. El pasado martes se reunió con Pepe Bonet para comunicarle lo que Luis le había comentado.

En el polo opuesto se encuentra Finidi George. Luis le considera un futbolista insustituible y quiere contar con él para la próxima temporada a pesar de su pobre temporada. El club, sin embargo, no comparte la opinión de su entrenador y no es partidario de renovar al nigeriano porque ocupa plaza de extranjero. Colsa y Finidi, dos casos para la discordia.