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Amador Pons|PARÍS
Guillermo Coria se ha convertido en la otra referencia del torneo galo. El argentino sigue, con ayudas o sin ellas, siendo espectacular en París donde ayer sumó su victoria número 20 de esta temporada en tierra (sólo una derrota), al retirarse el francés Nicolas Escude cuando perdía por 6-0 debido a una contractura en el hombro. El de Unquillos, llega, pues, descansado, con moral y sin desgaste psicológico. Es normal que sienta euforia aunque se reprima. «No hay que perder el respeto a nadie y salir a la cancha con la idea de que puedes perder el partido».

De momento, este triunfo le ha convertido en el primer argentino en casi 21 años (Guillermo Vilas), que alcanza los cuartos de final aquí sin ceder un solo set, dejando en la cuneta al ruso Nicolay Davydenko, su compatriota Juan Monaco, al croata Mario Ancic y ayer a Escude, quien ya cuando perdía por 3-0 llamó al fisioterapeuta, debido al dolor que padecía al sacar. Escude aguantó solo 25 minutos. Coria tiene ante si un gran reto, emular al gran Bjorn Borg, el último campeón de Roland Garros que obtuvo el título sin ceder un set. Borg lo hizo en 1978 y 1980. Desde entonces, sólo ocho de los 23 campeones posteriores han llegado a los cuartos de final sin ceder una manga, el más reciente el ruso Yevgueny Kafelnikov, vencedor en 1996.

La regularidad ha sido su marca. Atrás queda ya la racha de 31 victorias consecutivas en tierra desde que perdió las semifinales de París ante el holandés Martin Verkerk, y hasta que el suizo Roger Federer le derrotó en la final de Hamburgo hace unas semanas. La constancia de «El Mago» comenzó a forjarse en Hamburgo en el 2003, año en el que cuatro argentinos llegaron a las semifinales: Coria, Gastón Gaudio, Mariano Zabaleta y David Nalbandian, con victoria del primero. Desde entonces y hasta hoy ha ganado 46 de los 48 partidos de tierra que ha disputado, con una impresionante marca: 104 sets obtenidos y sólo 18 perdidos.