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Con el trámite de Vigo en el horizonte y la Liga archivada ya en algún cajón de la memoria, la maquinaria del Real Mallorca gira en torno al incierto futuro de Luis Aragonés, una cuestión que monopolizó ayer la rueda de prensa previa al partido de mañana ante el Celta que echará el cierre al curso 2003-04. El técnico madrileño no mencionó en ninguna ocasión al equipo vigués y centró sus manifestaciones en aplaudir la respuesta de Etoo a las acusaciones de Luis Fernández y, especialmente, en hablar de una continuidad que, hoy por hoy, se antoja casi imposible.

Luis Aragonés consideró «prioritario» fijar las bases en materia deportiva: «La negociación será rápida porque después de la Liga voy a permanecer pocos días en la isla por motivos personales. De lo que se trata es de reunirse con el director deportivo (Pep Bonet) y dejar bien marcadas las responsabilidades de cada parcela. Esta temporada, por ejemplo, he realizado algunas gestiones que pertenecían al director deportivo. Y esas cosas hay que dejarlas bien marcadas, debemos delimitar las funciones de cada uno. Hoy en día, con los directores deportivos, los entrenadores podemos hablar poco de los jugadores. Podemos señalar algún puesto concreto para reforzar, pero luego nos dedicamos a entrenar. Es así en todos los sitios».

El técnico de Hortaleza, no obstante, insistió en que «hay un director deportivo que realiza los fichajes y que es el responsable de todas esas cosas. Y el entrenador, pues da su opinión. Tengo un buen feeling con Pepe Bonet, pero debemos delimitar muy bien las funciones». Luis niega que sus pretensiones económicas puedan condicionar su continuidad: «A mí me interesa más lo que hable con Pepe Bonet. La dirección del club y la mía es la misma, seguir aquí, pero todos debemos hacer un esfuerzo. Mi futuro no depende del dinero como se habla. Depende de todo en líneas generales, pero fundamentalmente del proyecto deportivo».