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El clásico más determinante de la historia comparece en el preciso instante en el que Drac Inca y Coinga Menorca se juegan buena parte de su futuro. Los mallorquines no pueden permitirse una derrota en el Palau (18:30 horas), pues su bagaje lejos de su habitual centro de operaciones se reduce a la mínima expresión. Invictos durante la segunda vuelta como locales, los de es Raiguer reciben al mejor visitante de la competición. Lejos de Maó, diez victorias -las mismas que el líder Plasencia- adornan una hoja de servicios que ha permitido a los hombres de Curro Segura encaramarse hasta la segunda plaza y optar a la posición de privilegio en dependencia de los resultados de la jornada.

El bloque del Coinga Menorca ha resultado ser un arma letal. Salva Camps pone la imaginación y Chris Moss se encarga de marcar las diferencias bajo los tableros. Si a ello se le unen las prestaciones de Alberto Miguel y la constancia del incombustible Floyd, la mezcla puede resultar explosiva. Pero si las rotaciones funcionan, al Menorca no hay quien lo pare. La historia del derbi más eléctrico de la LEB juega a favor del cuadro mahonés, que no conoce la derrota en el Palau desde la campaña 2000/01. El balance total ofrece quince enfrentamientos en liga, con diez triunfos del Menorca. Aquí, los guaritmos hablan por sí solos. Mientras la recuperación de Young en la gran obsesión del cuerpo técnico inquense, cuyo cinco inicial es un seguro de vida, Curro Segura dispone de todos sus hombres para encarar una cita que les puede permitir dar el último paso hacia la cima y certificar una progresión enorme. Bulfoni y Camps atraerán las miradas en un choque que, en caso de derrota del Drac Inca, puede hacer reflexionar sobre la permanencia, al romperse la dinámica adquirida y que les ha permitido mantener el tipo dentro del vagón de cola. En cuarenta minutos se calibrarán las opciones de dos equipos con destinos radicalmente opuestos, pero que buscan una victoria necesaria para seguir soñando.

El partido del año en Inca ha levantado una enorme expectación. Más de un centenar de aficionados menorquines se desplazarán para seguir en directo las evoluciones de su equipo, que también contará en las gradas con el apoyo de la nutrida colonia residente en Mallorca. Pero la hinchada del Inca pretende que el infierno del Palau siga siendo el arma a esgrimir en los momentos delicados. Ante un tramo trascendental, los inquenses no pueden permitirse licencia alguna. Preocupa el estado físico de un Jesse Young al que su perenne lumbalgia no le da tregua, pero por lo demás, muchas miradas estarán puestas en Ezugwu y Bulfoni, dos de los puntales del Inca, que precisará de la regularidad de Johnson y del saber hacer de la pareja de bases, Ibarra y Bustamante.