El delantero camerunés Samuel Etoo, hablando por teléfono a la llegada de la expedición del Mallorca al aeropuerto de Newcastle.

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Albert Orfila (Newcastle)

Con mil y un problemas domésticos por resolver, Europa aparece de nuevo en la vida del Mallorca, una escuadra maltratada por los números y que se ha plantado en la capital de la región de Northumberland con demasiadas cosas en la cabeza. Al equipo de Aragonés y todo su entorno se le adivina con facilidad que lleva demasiado tiempo reñido con el éxito y que no ha tardado en percatarse de que flirtea con el desastre. Ante eso, la capacidad de seducción de la UEFA ha quedado notablemente reducida. En plena efervescencia de la crisis liguera -el equipo se encuentra a dos puntos del descenso-, el reto europeo de esta noche aparece repleto de condicionantes.

El Newcastle está ahí en frente, pero la batalla del domingo ante el Deportivo ha adquirido un tamaño gigante. Sólo la majestuosidad del Saint James Park, donde el plantel balear se ejercitó anoche por espacio de una hora, advirtió al Real Mallorca que la competición continental no se juega todos los días. Luis, que ha recuperado al defensa central Fernando Niño, tiene claro cual es el orden de prioridades, aunque también ha descartado entregar la eliminatoria. El entrenador tiene ante si una disyuntiva interesante, pero su elección pasa por seguir compitiendo en todos los frentes. El Mallorca se cruzará por primera vez con el Newcastle acicalado y prácticamente con sus mejores piezas. Otra cosa es que la tesitura aconseje volcarse en un solo objetivo.

Acostumbrado a vivir durante los últimos por debajo de Manchester United, Arsenal o el propio Chelsea, el Newcastle es un histórico de la Premier. Bobby Robson maneja un grupo interesante, donde el veterano Alan Shearer y el galés Craig Bellamy representan muchas cosas. Shearer es el gol, la gran referencia de los "magpies" (urracas). Totaliza más de 300 goles en la primera división inglesa y también puede jactarse de ser el máximo realizador de su selección (30 tantos). Pese a sus 33 años de edad, mantiene intacto su instinto depredador dentro del área. Esta temporada, por ejemplo, ha firmado ya 17 goles. Las prestaciones del equipo van íntimamente ligadas a su productividad e inspiración.