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Más que un torneo atractivo, la UEFA se ha convertido en una carga para el Mallorca. Por lo ruinoso de sus viajes, por lo primitivo de sus rivales. El equipo de Luis, en plena fase de efervescencia en la Liga, se vuelve a encontrar con Europa en el peor momento, porque todos están pensando en el Betis. Todos, incluso el técnico, que ha aplicado el bisturí en el once y lo va a cambiar de la cabeza a los pies. Jugarán Nadal, Bruggink, Perera o incluso Vicente, que el martes reclamaba una oportunidad como ésta (Son Moix, 21.00 horas).

Por cambiar, Luis Aragonés tiene previsto cambiar hasta el portero. Miki va a tener su oportunidad, porque Leo Franco ha acumulado cansancio y necesita un descanso. Además, y según las pruebas que ha realizado el preparador mallorquinista en los últimos días, la defensa también será nueva. Olaizola regresará al flanco derecho, mientras Niño o Lussenhoff compartirán el eje de la zaga con Vicente. Poli regresará a la banda izquierda. Raúl Martín gozará de sus primeros minutos circulando por el carril derecho, y Stankovic jugará por la otra orilla en el centro del campo. Marcos será el conductor y Ligüera jugará por delante. Bruggink y Jesús Perera formarán en ataque.

Dijo Aragonés que en el club todo el mundo es consciente de que esta competición es secundaria, porque es excesivamente costosa. En lo crematístico y en lo deportivo. Por eso el entrenador de Hortaleza le ha lavado la cara al equipo, echando mano de la profundidad del banquillo. Habituales como Etoo, Correa, Nagore o Campano no vana estar, porque el domingo hay otra cita con la permanencia, y eso es lo que importa. Con todo, el Mallorca tiene una ventaja lograda en la ida (1-2) que parece ser suficiente; eso, y la motivación de los suplentes debe bastar para tumbar al Copenhague, que tienes mejores registros como visitante.