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Efe|NUEVA YORK
El duelo belga de la gran final femenina del Abierto de Estados Unidos dejó a Justine Henin-Hardenne, segunda favorita, como la nueva campeona al vencer por 7-5 y 6-1 a su compatriota Kim Clijsters, que salió como la primera cabeza de serie y número uno del mundo.

La pareja formada por la argentina Paola Suárez y la española Virginia Ruano Pascual, segundas favoritas, revalidó el título de campeonas de dobles femeninos demostrando que en el último Grand Slam de la temporada son insuperables.

Después de la heroica remontada de la pasada noche en las semifinales frente a la estadounidense Jennifer Capriati, cuando superó un 2-5 adverso en el tercer set, que la llevó al borde de las deshidratación, Henin-Hardenne, de 21 años, dio otra demostración de poder físico y recuperación para dejar claro en la pista Arthur Ashe que era la nueva reina del Abierto.

Sin las hermanas Serena y Venus Williams, ambas lesionadas y las grandes ausentes, el duelo belga de la primera final femenina del Abierto desde 1988 sin una jugadora estadounidense, Henin-Hardenne fue la gran estrella.

Henin-Hardenne, que comenzó el partido con una ventaja de 3-0 y 4-1 para luego dejarse empatar a 5-5, volvió a jugar su mejor tenis con el revés demoledor y voleas sobre la red que le permitieron asegurarse la primera manga (7-5). La segunda fue todo un paseo para Henin-Hardenne, que se olvidó de las tres horas y tres minutos del partido contra Capriati, para en sólo una hora y 21 lograr su segundo título de Grand Slam este año después de haber ganado el Roland Garros.

Las estadísticas del partido no dejaron ninguna duda del dominio de Henin-Hardenne, que se quedó con sólo 20 errores sin forzar, mientras que Klijsters, de 20 años, que es la número uno, con 16 títulos individuales ganados como profesional, siguió sin tener uno de Grand Slam, aunque sí se llevó un premio de 500.000 dólares. Por su parte, Henin-Hardenne se quedó con un premio de un millón de dólares.

Ruano y Suárez se impusieron por 6-2 y 6-3 a la pareja formada por Martina Navratilova y Svetlana Kuznetsova. «Ha sido para nosotras una gran satisfacción y felicidad que hayamos podido conseguir este triunfo después de las tres derrotas que tuvimos en los torneos anteriores».