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SERBIA Y MONTENEGRO 67
ESPAÑA 75

SERBIA Y MONTENEGRO (23+15+14+15):Jaric (18), Gurovic (1), Stojakovic (25), Drobnjak (7), Koturovic (10) -cinco inicial-, Ostojic (1), Avdalovic (0), Vukcevic (0) y Vujanic (5).

ESPAÑA (14+18+19+24):Calderón (3), Navarro (22), Jiménez (2), Gasol (20), Garbajosa (10) -cinco inicial-, Marco (10), Felipe Reyes (4), De la Fuente (4), Herreros (0) y Grimau (0).

Àrbitros:LaMonica (ITA) y Kolar (SLO). Excluyeron por personales a Koturovic (m.32), Ostojic (m.36) y Gurovic (m.40). Descalificaron a Grimau, Felipe Reyes, Garbajosa, Koturovic, Jaric y Gurovic (m.40) por enzarzarse en una tangana.

España consiguió el único pasaporte directo de su grupo continental para la fase final de Estocolmo en un trepidante final de partido contra Serbia y Montenegro, equipo que dominó el marcador durante casi todo el choque pero acabó doblegándose a la capacidad de sufrimiento y a la calidad de la selección nacional a pesar de la tangana final provocada por Marco Jaric.

Jaric golpeó a Pau Gasol por pura desesperación tras un rebote cuando ya estaba todo dicho. Jorge Garbajosa fue a defender a su compañero y el base de Los Clippers le agredió. La decisión arbitral, difícil de entender, fue expulsar a Gurovic y Koturovic por saltar desde el banquillo, puesto que ya estaban eliminados por faltas y, por el mismo motivo, a Roger Grimau y Felipe Reyes. Los dos protagonistas, Jaric y Garbajosa, también enfilaron el túnel descalificados.

A los ex yugoslavos les iba la vida en el partido y, tal y como se esperaba, entraron en la pista con la determinación de apurar todos sus opciones. Su situación era tan apurada que incluso corrían el riesgo de quedarse fuera a las primeras de cambio con una combinación poco probable, pero factible: perder ante España y que Suecia ganase por seis puntos a Rusia.

Las otras combinaciones eran más favorables, pero su gran objetivo era casi un imposible: imponerse por diecinueve puntos para hacerse con la primera plaza del grupo. Ese supuesto les exigía no sólo jugar un gran partido, sino que la selección cuajase una flojísima actuación.

El tradicional orgullo de los 'plavi' les dio la iniciativa merced al gran acierto del alero de los Kings de Sacramento Predrag Stojakovic y las complicaciones ofensivas del conjunto español, originadas en gran medida por la acumulación de efectivos que Dusko Vujosevic puso sobre la zona para cortar las penetraciones de Pau Gasol en el uno contra uno.

La capacidad anotadora de España, con una media superior a los noventa puntos por partido, cayó en picado en medio de una incesante rotación de elementos interiores por parte del banquillo serbio. La selección de Moncho López sufrió lo indecible para sumar durante los dos primeros cuartos aunque, en el parcial del segundo, ya empezaban a vislumbrarse síntomas de recuperación (15-18).

Aparte de la intensidad de los campeones del mundo, las oscilaciones del choque respondían más a las fases de inspiración españolas que al desempeño de los balcánicos. Dos triples consecutivos del pívot de los Supersonics de Seattle Predrag Drobnjak pintaron un panorama siniestro para el equipo nacional al final del primer corte (21-11), en el que Serbia y Montenegro marcó la pauta.

Colapso ofensivo

El cinco de catorce en tiros de campo que rubricó España en ese periodo reflejaba el colapso ofensivo de sus jugadores. Sin embargo, un parcial de 0-7 en el arranque del segundo tramo forzó el tiempo muerto del banquillo 'plavi' y resumió lo que pasaba sobre la pista. Con un mínimo de claridad, la selección española no tendría por qué tener problemas.

El caso es que España arrancó en el último cuarto con la primera posición del grupo en sus manos (52-51) pese a todo el sufrimiento anterior. Eso sí, en la cancha la contienda echaba chispas, sobre todo en la defensa de los postes ex yugoslavos sobre Gasol, el gran referente del baloncesto español, pero no el arma de la selección.

Unas gotas del descaro de Carles Marco, la osadía de Juan Carlos Navarro, la constancia de Jorge Garbajosa y la capacidad de esfuerzo colectivo de todo el conjunto español servían para contener el desesperado intento de Vujosevic y los suyos por conseguir un marcador que les sacase del atolladero.

Serbia y Montenegro, a fin de cuentas, es la vigente campeona del mundo y tampoco iba a rendirse sin pelear. Pero España también vive entre los grandes y tras dos triples, uno de Juan Carlos Calderón y otro de Navarro, pasó por delante para encarar el último trecho (60-62).