La propiedad tiene la última palabra

El Real Mallorca se encuentra a la espera de que el Grupo Zeta apruebe la ampliación de capital diseñada desde Son Moix y que, en caso de ir hacia adelante, motivará que el control de la entidad de Son Moix vuelva a manos de los empresarios de la Isla. El subdirector general de Bancaja, Ramón Rosselló y el presidente Mateu Alemany, han elaborado un proyecto por el cual, si la propiedad da el visto bueno, se cumplirá con el deseo principal de que se haya finiquitado una ampliación histórica y que puede hacer que otra vez el capital mayoritario retorne a manos de los mallorquines.

Si bien el entorno del club continúa siendo moderadamente optimista, no es menos cierto que la situación sigue siendo delicada y casi límite. Quiere esto decir que ninguno de los compromisos que ha establecido el club con empresarios de la Isla puede venirse abajo ya que esto supondría el romper un plan inicial que pasa por ser la salvación de la entidad, pero que podría quedar en nada si una sola de las piezas se cae. Es por este motivo que dentro del Real Mallorca se continúa manteniendo la prudencia como arma principal para evitar caer en la euforia. En principio, ninguno de los empresarios que ha tomado parte en el plan diseñado por Ramón Rosselló tendrá una participación extraordinaria con más del cincuenta por ciento de las acciones, sino que el reparto será relativamente equitativo.