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Un par de años acicalados en Primera y un pico de rendimiento en Vallecas dieron con los huesos de Gregorio Manzano en el banquillo de Son Moix. Una temporada notable en la Isla y un histórico triunfo en Madrid le han convertido en un entrenador cotizado, al amparo de los números y de un curso excepcional que se cerrará con la final de Copa. Deportivo y Atlético de Madrid han puesto al técnico de Bailén en un lugar preferente de su agenda, a pesar de que el agente de Manzano insiste en que «la primera opción es el Mallorca».

Si se advierte evidente que Irureta no seguirá en el Deportivo, Luis Aragonés ya le ha comunicado a la plantilla que no continuará vinculado al Atlético. Así, dos de los clubes más importantes del escenario deportivo nacional pueden verse obligados a cambiar de técnico, algo que abre el catálogo de opciones para Manzano. Lendoiro y la cúpula del club gallego insisten en subrayar que nadie ha negociado con el actual preparador del Mallorca, pero la secretaría técnica del Depor maneja buenos informes del andaluz. Los problemas que ha tenido Irureta con el vestuario han acentuado la sensación de que el ciclo del técnico vasco en Riazor se ha agotado, y a nadie escapa que la SAD balear es, desde hace tiempo, uno de los principales escaparates para la entidad deportivista.

Si Irureta ha aplazado cualquier decisión sobre su futuro hasta fin de curso, Luis Aragonés ya ha expresado su intención de marcharse. El pasado miércoles el entrenador de Hortaleza citó a la plantilla y le explicó que no seguirá la próxima temporada en el Atlético, algo que puede hacer oficial hoy en la rueda de prensa que ofrecerá ante los medios. La última discusión pública que tuvo Aragonés con Jesús Gil ha acabado con la paciencia del técnico madrileño, que renunciará al año que le resta de contrato y abandonará el club al que ha estado vinculado durante casi 30 años.