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La noticia de la designación de Elche como sede de la final de la Copa del Rey ha sido recibida con total satisfacción en el seno del Real Mallorca. La RFEF había tenido en cuenta las demandas del club balear y esa era una razón para estar contentos. «Dentro de las opciones que se manejaban, la verdad es que podemos darnos por satisfechos. Vemos con alegría esta resolución, pues las alternativas de Málaga, Madrid o Valladolid no nos favorecían en nada. Elche reúne todas las condiciones que en su momento habíamos solicitado, especialmente un puerto cercano que facilite el desplazamiento por vía marítima del grueso de nuestros aficionados», manifestó el presidente del Real Mallorca, Mateu Alemany.

Al mismo tiempo, el presidente quiso hacer énfasis en la oportunidad que se le presenta al conjunto de Son Moix. Una final de Copa del Rey ante un rival teóricamente asequible y en un terreno de juego neutral y estrategicamente bien ubicado son muchos condicionantes que hacen del encuentro del 28 de junio algo especial y que emite buenas vibraciones. «Espero que sea un día importante para la historia del mallorquinismo y en consecuencia del Real Mallorca. Estoy seguro de que afrontaremos la cita de Elche como equipo de Primera División, con la permanencia asegurada semanas atrás y sin agobios, con tiempo para preparar a conciencia el encuentro. Seguro que el Recreativo también logrará la meta de seguir un año más en Primera División y querrá despedir la temporada con un título, al igual que nosotros», explicó Alemany en una improvisada comparecencia ante los medios de comunicación minutos después de conocer la noticia.

Esa operatividad a la hora de movilizar a la masa social del club es el principal punto de apoyo sobre el que el mandatario mallorquinista sentó sus bases a la hora de defender su postura frente a Àngel María Villar, presidente de la RFEF. Viendo que el desplazamiento masivo es factible, Alemany hace un llamamiento a la afición para que no falte a un acontecimiento histórico. «Creo que ahora estamos en condiciones de movilizar a mucha gente, es un desplazamiento asequible. Estoy convencido de que superaremos los doce mil seguidores que arroparon al equipo en el año 98. Nuestra meta es llegar a los quince mil aficionados y creo que está en nuestra mano, es el objetivo que nos marcamos. Nos pondremos a trabajar enseguida para que la gente tenga las mayores facilidades para asistir a la final», añadió.