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DRAC INCA 64
CAI ZARAGOZA 73

DRAC INCA (18+15+16+15):Paris Bryant (21), Javier Bulfoni (12), Leo Gutiérrez (2), Rocky Walls (10), Txomín López (2), -cinco inicial- Alberto Alzamora (11), Sergio Rodríguez (6) y Miki López (0).

21 de 44 en tiros de dos puntos, 3 de 13 en triples y 13 de 20 en tiros libres. 37 rebotes (22 defensivos y 15 ofensivos). 21 faltas personales.

CAI ZARAGOZA (19+13+19+22):Ottis Hill (18), Fran Murcia (13), George Gilmore (14), Carlos Martínez (0), Pep Cargol (10), -cinco inicial- Ricardo Uriz (11) y José María Panadero (7).

21 de 38 en tiros de dos puntos, 7 de 19 en triples y 10 de 18 en tiros libres. 26 rebotes (15 defensivos y 11 ofensivos). 21 faltas personales.

Àrbitros:Bardají y Feixa (cataluña). Eliminaron por cinco faltas personales a Leo Gutiérrez (Minuto 32) y José María Panadero (Minuto 37).

Fernando Fernández

El que en su momento fue el encuentro que lanzó al Drac Inca, meses después se ha convertido en el motivo de un tapón que colapsa la parte baja de la clasificación. Los de Sastre no pudieron repetir la hazaña del Príncipe Felipe y capitularon (64-73) ante un CAI Zaragoza que notó los nuevos aires llegados de la mano de Alfred Julbe.

Además de perder ebasket average directo con un rival de primera magnitud, Drac Inca se ubica a un paso de la tranquilidad y a la misma distancia de las eliminatorias por la permanencia.

Los aragoneses llegaban al Palau casi deshauciados -al igual que el Drac Inca en la ida-, pero pronto quisieron mostrar las virtudes de un vestuario hundido en la tabla por las circunstancias. Hill empezó a ser la pesadillla balear y se hizo con el control de los tableros. Al Drac Inca, este fulgurante inicio del CAI le pilló bajo de reflejos, y gracias al concurso de su pareja estadounidense logró una renta que intimidaba (6-14). Para colmo de males, Rocky Walls cometía su segunda falta personal demasiado pronto y los planes se torcían. Los mallorquines no acababan de cerrar el rebote y Fran Murcia se unía a Hill para hacer más grande la brecha (8-17).

Un parcial de 7-0 devolvió el equilibrio a la contienda (15-17) y el CAI pasó por su peor momento en un encuentro que siempre controló y que en el que el Drac Inca se vio superado por las vicisitudes del choque. Con Leo Gutiérrez fuera de cobertura, Walls, Bryant, Alzamora y Bulfoni asumían el mando de un conjunto que se indignaba con los árbitros tras ser señaladas sobre Alzamora y Bryant dos faltas personales que los colegiados se inventaron sobre la marcha.

Tensión

Eran momentos de máxima tensión, que tuvieron su cénit cuando Drac Inca alcanzó su primera ventaja en el luminoso (20-19, minuto 11). En poco tiempo se diluyó un dulce del que se apropió el conjunto de Julbe, que no cesaba de dar órdenes a sus hombres.

Bryant permitió al cuadro de Sastre gozar de dos leves ventajas que en el tiempo de descanso (33-32) hacían que el Drac Inca marcara la pauta.

Los errores fueron una tónica predominante a lo largo de los cuarenta minutos, pero el Drac Inca cometió más y de mayor gravedad y eso le acabó pasando factura. La proximidad del ecuador del tercer cuarto significaba el punto de inflexión del encuentro.

Panadero apareció en la contienda para asestar un doloroso golpe a los inquenses, que se vieron en unos instantes ocho abajo (39-47). Sergio Rodríguez y Rocky Walls firmaron un parcial de 5-0 con el que se maquilló una situación comprometida (49-51).

Si Panadero fue el culpable de la primera ofensiva del CAI, Ricardo Uriz hizo lo propio en los últimos diez minutos. Con Panadero eliminado, parecía que el panorama iba a mejorar, pero la cuarta falta de Alzamora y Walls obligó a Sastre a retocar su pizarra.

El CAI Zaragoza intimidaba en cada una de sus aproximaciones y, casi sin hacer ruido, superó los diez puntos de ventaja sobre los mallorquines. El 51-62 permitió a Julbe maniobrar con facilidad en los minutos que restaban para el bocinazo final. Los maños administraron su renta y de esta manera se reencuentran con una tónica a la que no estaban acostumbrados.

El triple empate entre Drac Inca, CAI Zaragoza y Melilla y la proximidad del Tarragona -próximo rival de los mallorquines- ha complicado de forma relativa el panorama.