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El centrocampista del Real Mallorca, Paco Soler, ha tomado la decisión de dejar la capitanía del primer equipo y así se lo ha hecho saber ya al presidente Mateu Alemany y también al técnico Gregorio Manzano. El futbolista no está atravesando por un buen estado anímico y esta temporada, desde el punto de vista deportivo, el entrenador cuenta muy poco con él. Sin embargo, más allá del hecho de jugar más o menos, el futbolista no se siente lleno dentro del vestuario y no llega a comprender por qué está siendo relegado.

El jugador en todo momento ha mantenido un comportamiento profesional y nunca a aprovechado la tribuna de los medios de comunicación para expresar su descontento por una u otra decisión que a él directamente le ha afectado en la presente temporada. No obstante, el pasado martes, en una entrevista concedida este periódico, Paco expresaba su malestar con la situación por la que estaba atravesando y ya dejaba claro que de ciertos temas sólo hablaría con el entrenador. Desde el partido de Coruña hasta ahora, «Chichi» ha pensado bien los pasos que debía dar y tras comunicarla a sus familiares y amigos más íntimos, decidió hacerlo oficial anunciándolo al presidente de la entidad.

El jugador llevaba tiempo pensando en esta decisión y definitivamente se percató que su función como primer capitán del equipo no era tal cuando, con motivo de la semifinal de la Copa del Rey que disputó el Mallorca ante el Deportivo, su entrenador, Gregorio Manzano, lo dejaba fuera de la convocatoria. El técnico, las horas previas a ese encuentro, decidió llamar a Miquel Àngel Nadal y Javier Olaizola, dos de los otros capitanes, y prescindió de «Chichi». Este hecho fue un golpe muy duro para el futbolista que a partir de ese momento inició un periodo de reflexión que ha desenbocado en la toma de esta decisión definitiva.

«He decidido dejar la capitanía por razones personales», dijo ayer Soler. «Llevaba ya muchos años y he expresado este sentimiento al presidente. Nada tiene que ver que juegue más o menos. He pensado que ha llegado el momento de tomar esta decisión», explicó ayer. Soler llegó al Real Mallorca en el año 89 después de cumplir un ciclo espectacular en el Cide, club en el que triunfó junto a compañeros suyos en aquel tiempo como Marcos Martín, Toni Prats, Gabi Vidal o Del Campo. De ahí pasó a la disciplina del conjunto bermellón y empezó muy pronto a despuntar en el Mallorca B.

En el 90 Serra Ferrer le incluyó en su proyecto en el primer equipo y a partir de ahí empezó una singladura repleta de excelentes momentos y de instantes no tan buenos. Sin embargo, Paco se ha manifestado siempre como un jugador «de club» y, pese a que durante su trayectoria en el primer equipo ha recibido ofertas de otros clubes de la Primera División, su disposición y principal deseo siempre ha sido el de seguir en la Isla y colgar las botas en el club mallorquinista. Soler se hizo con la capitanía desde muy joven, lo que sin duda le ayudó también a madurar rápidamente. Nunca ha dado la espalda a los problemas de vestuario y ha sabido mantener una correcta relación entre lo que representa la postura de un vestuario, respecto a la opinión que tiene el club como entidad en temas delicados como las primas u otro tipo de decisiones concretas y en las que no siempre es fácil llegar a un acuerdo.