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Han debido pasar más de cinco años e incontables vicisitudes para que la selección española de fútbol regrese a Mallorca. El escenario del reencuentro del equipo nacional con la afición mallorquina será muy diferente de aquel vestusto Lluís Sitjar que recibió a España y Rumanía una fría noche del 19 de noviembre del ya lejano 1997. Javier Clemente era el inquilino del banquillo y el Mundial de Francia'98 el objetivo a corto plazo para un conjunto que ilusionaba, pero firmaba un mediocre empate a uno ante los rumanos. Unas horas antes, las selecciones sub'21 habían devuelto a sa Pobla el protagonismo que merece una hierba que volverá en la noche de mañana a vivir una noche mágica.

Pero el panorama ha cambiado radicalmente. Los protagonistas siguen siendo los mismos en gran medida, pero una vez superada la decepción mundialista, la Eurocopa'2004, a disputarse en Portugal, es la meta perseguida por dos conjuntos en pleno proceso de transformación. Iñaki Sáez asumió el relevo de Camacho y con él llegó una renovación y regeneración de la selección. La base del conjunto que deslumbró por fases en Corea sustenta un equipo en el que la savia joven trabajada siempre por Sáez empieza a reivindicar un hueco importante. Real Madrid y Valencia son los conjuntos que aportan más elementos a la lista diseñada por el preparador vasco. Casillas, Helguera, Guti, Salgado y Raúl, por un lado, unidos a Cañizares, Albelda, Baraja y Vicente, conforman la columna vertebral de un conjunto sometido a constantes variaciones.

Será en esta ocasión el estadio de Son Moix el escenario de una contienda de altos vuelo. España y Alemania, dos de las eternas candidatas a todo, aterrizan hoy y se medirán este miércoles (21 horas) en la puesta de largo de los de Sáez en uno de los escasos terrenos de juego de Primera que no han pisado. De esta forma, se procederá a inaugurar oficial y virtualmente el terreno de juego mallorquinista en lo que supone un acontecimiento de carácter amistoso, pero con cierta historia reciente. Y es que en el Mundial de Corea y Japón, España y Alemania se pudieron haber visto las caras en una semifinal de peso si los coreanos no se hubieran interpuesto en el camino del cuadro entonces dirigido por José Antonio Camacho. Los germanos derrotaron gracias a un gol del ausente Ballack al equipo anfitrión y alcanzaban el subcampeonato mundial tras capitular ante Ronaldo y sus compañeros.

Otros jugadores que estarán presentes en Son Moix conocen la competición del más alto nivel y son pilares en los esquemas del inquilino de turno. Diego Tristán volverá a la isla que le consagró ante el continente para vestir la elástica nacional, aunque no será el único hombre a seguir de cerca. Además de los citados, otros pesos pesados del fútbol español han sido requeridos por Sáez. El bético Joaquín, los barcelonistas Xavi y Puyol o el atlético José Mari poseen una clase que les convierte en habituales dentro de los planes de un Iñaki Sáez, que cuenta con una baraja numerosa y tentadora que le permite realizar incontables combinaciones.

Etxeberría -que debutó con la selección en Ciutat-, Aranzábal, César y el joven Raúl Bravo completan la nómina de reclutados por el técnico para afrontar un amistoso de lujo, una piedra de toque que puede calibrar el potencial de España a la hora de medirse a los grandes del planeta, con los que en teoría debe desenvolverse sin apuros. Los resultados le avalan, y de esta forma la clasificación para la Eurocopa va por el camino establecido y la transición no está siendo traumática. Son Moix registrará el ambiente de las grandes ocasiones en su bautismo internacional, pese a que Alemania ya sabe lo que es jugar sobre su césped tras el amistoso en el que se midió al Real Mallorca en mayo del 2000 y que acabó con una contundente goleada (0-4) germana.