Luque y Pandiani, en la foto en el interior del vestuario de la ciudad deportiva del conjunto gallego.

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Apenas 24 horas después de digerir la eliminación del Real Madrid, el Mallorca se ha encontrado en el bombo con otra mala noticia. El equipo de Manzano se cruzará en su tránsito hacia la final con el Deportivo, vigente campeón y el rival con más cuerpo de todos aquellos que esperaban su futuro en el sorteo de ayer. Amenazado por el extraordinario potencial de los gallegos, el conjunto balear ha decidido retar al cuadro de Irureta y recordarle el golpe que le asestó en Riazor en Liga, cuando fue capaz de voltear un partido jugando en inferioridad durante sesenta minutos. Además, la vuelta se juega en Ciutat (el 5 de marzo, mientras la ida se disputa en A Coruña el 5 de febrero) y los blanquiazules ya estarán con el barro hasta las rodillas en la Liga de Campeones.

En la otra semifinal, absolutamente inédita, se verán las caras el Recreativo de Huelva, que disputará el primer partido en su terreno de juego, y el Club Atlético Osasuna, dos equipos con ciertos apuros en la Liga. Los actuales colistas de Primera División, que dieron la campanada al eliminar en cuartos de final al Atlético de Madrid, vencieron en octavos de final al Real Betis Balompié. A ambos equipos les derrotó con las mismas armas, marcar un gol en El Colombino y defenderse con fuerza a domicilio. Antes ya batió al Ciudad de Murcia y al Almería. Por su parte, el cuadro navarro, que esta semana eliminó al Sevilla en un épico partido, ha tenido un camino más plácido hasta llegar a semifinales, ganando al Eibar, al Real Unión de Irún y al Lemona, los dos últimos de Segunda B.

Con Recreativo y Osasuna en el mapa de semifinales, en Son Moix habían empezado a soñar con una final ante el Depor. Entre otras cosas, porque sólo ese partido podía dignificar un torneo que sigue con su inevitable proceso de erosión. Sin embargo, el Mallorca se ha encontrado al abrir los ojos con que su rival es el equipo gallego y que su futuro en la Copa se ha complicado. En parte porque el potencial del Deportivo es ilimitado, en parte porque nadie como Irureta sabe lo que es administrar una ventaja, un gol, un golpe de fortuna. Por eso los albiazules se manejan con cierta solvencia por el torneo del KO y por eso defienden su corona. Así, la cita de Riazor está marcada en rojo, porque el resultado que se logre en A Coruña determinará en gran medida el siguiente paso de la eliminatoria.

El Depor vive días de vino y rosas, porque a pesar de que su trayectoria en Liga carece de regularidad, es el único equipo español que sobrevive en las tres competiciones. Amparado en la puntería de Makaay y Tristán y en una fiabilidad defensiva que se está resquebrajando en las últimas jornadas de Liga y Copa -encajó tres goles en Montjuïc y cuatro en Murcia-, el conjunto de Riazor se ha convertido en una alternativa válida en la competición que acometa. El año pasado fue incluso capaz de dinamitar el Centenario del Real Madrid y de adueñarse de un trofeo que esta temporada defiende.

Los gallegos no se han encontrado ningún rival de primer nivel en el camino. Además de apear a Murcia y Racing de Ferrol de Segunda División, los de Irureta tumbaron a Corralejo y Alicante de la Segunda División B, por lo que el Mallorca será el primer rival de Primera que se encuentren en la Copa del Rey.