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A.O./Europa Press
Las Brigadas Amarillas, peña ultra del Cádiz CF, han hecho público en un comunicado su rechazo a la cesión del estadio Ramón de Carranza al Sevilla, conjunto al que califican de «equipo non grato». El cuadro hispalense jugará el mañana en el estadio gaditano contra el Mallorca, en cumplimiento del primero de los cuatro partidos de sanción impuestos al Sánchez Pizjuán por los incidentes ocurridos en el derby ante el Betis del pasado mes de octubre. El Cádiz se brindó a que su estadio fuera utilizado por los sevillistas, que han acogido con agradecimiento esta oferta, aunque las Brigadas Amarillas se muestran en total desacuerdo con ello.

«Brigadas Amarillas -dice el comunicado- quiere expresar su más profunda, enérgica y contundente repulsa por la concesión de la casa cadista al Sevilla». Del mismo modo, se pone de relieve su «total desacuerdo con que el máximo rival -deportivo o no- tome el feudo amarillo como sucursal de su sancionado estadio por motivos violentos». De hecho, se advierte incluso sobre «lo desacertado de la idea»: «Todos conocemos la tradicional rivalidad entre los dos clubes, ciudades y aficionados que pudiera desembocar en desagradables incidentes al intentar unir dos aficiones completamente enfrentadas desde hace ya largos años y por motivos que creemos marcados».

Las Brigadas Amarillas subrayan que quieren «una Andalucía que ni comience ni termine en Sevilla, como viene sucediendo». Por su parte, el vicepresidente sevillista, José Castro, restó importancia a este comunicado al señalar que parte de un «grupito, como hay en todas partes» que se opone a la presencia del equipo sevillano «pero -añadió- es un grupo minoritario». Castro dejó claro que se han tomado todas las medidas de seguridad pertinentes. Por ello, los más de 30 autobuses de aficionados nervionenses que se desplazarán hacia Cádiz serán escoltados por la Policía desde el propio Sánchez Pizjuán e incluso en cada vehículo viajará un guardia de seguridad.