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Felipe Recuero|MADRID
La 58ª edición de la Vuelta a España, la número 25 que organiza la empresa Unipublic, que comenzará el 6 de septiembre en Gijón y terminará el 28 de ese mes en Madrid, presenta un trazado corto con menos de tres mil kilómetros, pero con más kilómetros cronometrados y más montaña al ser cinco los finales en alto.

El trazado es similar al de las últimas ediciones, con etapas cortas -ninguna llega a los 200 kilómetros-, en la que se mantiene la montaña con cinco finales en alto y se aumenta también el número de kilómetros cronometrados con dos individuales que totalizan 93, una crono por equipos de 30 y una cronoescalada de 12 el penúltimo día de carrera.

Un recorrido hecho para auténticos campeones y bastante equilibrado. La montaña está concentrada en los Pirineos, con las llegadas a las estaciones de Cauterets (Francia), Pla de Beret (Valle de Aran) y Envalira (Andorra) en las jornadas siete, ocho y novena. Los otros finales en alto están en la parte final de la carrera, con la llegada al puerto jienense de La Pantera (15ª etapa) y a la estación granadina de Sierra Nevada -techo de la Vuelta con 2.510 metros de altitud en la decimosexta jornada-.

El menú para los escaladores se cierra el penúltimo día con la cronoescalada al alto de Abantos, de doce kilómetros. Una etapa que debe dejar la carrera vista para sentencia, pues, al contrario que en los últimos años, la jornada final será en línea, con salida y llegada en Madrid con tan sólo 130 kilómetros, la más corta de las etapas en línea en la presente edición.