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«¡He ganado, he ganado!». De esta manera hacía saber Pedro José Carbonell a su padre que había obtenido en aguas de Arraial do Cabo (Brasil) su tercer título mundial individual de pesca submarina, un deporte en el que la saga que personifica ya forma parte de la leyenda. Por equipos, y junto a Albert March, Carbonell aportaba a su historial un cuarto entorchado que consolidaba a España como potencia hegemónica.

Después de un mes adaptándose a las turbias aguas atlánticas, Carbonell obtuvo una recompensa nada nueva para él. El mallorquín defendía corona tras demostrar hace dos años en Papeette (Tahití) que no tiene rival y entró a formar parte en un selecto club en el que su tío, Pep Amengual, tiene a un duro competidor. Con 33 años y tres o cuatro citas mundialistas aún por delante, el pescador del CIAS se mostraba «muy cansado, pero a la vez contento, pues ser campeón del mundo lleva mucho trabajo y te hace experimentar sensaciones muy especiales. Ahora, sólo tengo ganas de regresar a casa y estar con mi gente, pues hace muchas semanas que estoy lejos de casa y eso lo añoras. Al margen, igualar el registro de Pep es algo emotivo, aunque su trayectoria está ahí y tiene por méritos propios un lugar reservado entre los mejores».

Su progresión en la clasificación resultó clave para encumbrarse nuevamente. A la finalización de la primera jornada, Carbonell se aupaba hasta la cuarta posición, con un total de 21.800 puntos. «No empecé lo bien que esperaba. Pesqué menos de lo pensado en un principio, pero el último día todo salió redondo, la competición dio un giro radical y logré 41.000 puntos que me permitieron dejar atrás al brasileño Paolo Pacheco, que aprovechó el conocimiento de las aguas que poseía para obtener una buena renta», significó el tricampeón mundial de la especialidad.

El camino hacia la gloria no ha resultado nada fácil. Carbonell, March y el resto de expedicionarios, que rondan la veintena de personas, han pasado un mes en el escenario donde se ha desarrollado el Campeonato del Mundo. Preparar el terreno y la logística es un aspecto fundamental, más cuando hay tanto en juego. «Durante los primeros días encontramos mal tiempo, pero seguimos entrenando y rastreando las aguas y el tipo de peces que podríamos encontrar una vez en competición. Hasta hace unos días no se dieron las condiciones idóneas para trabajar a gusto. Enseguida supimos dónde y cuándo podíamos hallar las mejores capturas, y ya en la recta final de la preparación, sólo tuvimos que recuperar ese punto de velocidad y puntería que nos faltaba», comentó un Pedro Carbonell que a primera hora de la tarde de hoy llegará a nuestra Isla, donde recibirá un merecido homenaje por parte de los que siempre han estado a su lado.

Pedro José Carbonell es uno de los deportistas mallorquines más laureados de la historia. Su nombre está directamente vinculado a un cuarteto que ha permitido que Balears sea una potencia mundial en esta modalidad. Joan Gomis (1961), Pep Amengual (1973, 1981 y 1985), Pedro Carbonell (1996, 2000 y 2002) y Albert March (1998) pueden presumir de contar en sus vitrinas con un título de campeón mundial, tanto en categoría individual como por naciones. Carbonell ha logrado en siete participaciones acabar en lo más alto del podio en tres, un porcentaje que dice mucho a favor de un hombre al que le quedan muchos metros por descender.