Carlos Moyá festeja su victoria ante Andre Agassi en París. Foto: CHARLES PLATIAU

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Carlos Moyá venció al estadounidense Andre Agassi (6-4 y 6-4) y se clasificó para las semifinales del Masters Series de París y unió su nombre a los de Juan Carlos Ferrero y Albert Costa, para asegurar su presencia en la Copa Masters de Shanghai. Confirmada su presencia en la cita asiática, donde se darán cita las mejores raquetas del mundo, el mallorquín ha consumado su gran objetivo de la temporada. Semanas atrás, en el Masters Series de Madrid, desperdició su primera oportunidad, pero en París confirmó que se encuentra en un excelente momento de forma.

En 80 minutos de brillante juego, con Andre Agassi descontrolado y perdido por los nervios debido a un par decisiones dudosas del juez de silla, y 24 horas después de haber salvado seis puntos de partido contra el francés Sebastien Grosjean en cuartos, el tenista mallorquín sentenció el encuentro que él luego definió como el mejor partido de su vida en pista cubierta. De esta manera, y al igual que en 1998, el tenis español tendrá a tres representantes en una Copa Masters. En aquella ocasión en Hannover fueron Moyá y Alex Corretja los clasificados directamente, con los dos disputando la final y triunfo del catalán.

Luego, Albert Costa fue llamado a última hora para sustituir a un jugador lesionado. El campeón de Roland Garros en 1998 se enfrentará en las semifinales de París al ruso Marat Safin, que ayer doblegó al francés Nicolas Escude por 6-3, 5-7 y 6-3. Safin ya había logrado su clasificación para Shanghai el miércoles. La victoria de Carlos Moyá le coloca en el sexto puesto de la Carrera de Campeones desplazando al checo Jiri Novak y con el billete para Shanghai vuelve por primera vez a la Copa Masters después de su final de 1998.

Agassi, que lucha desesperadamente para acabar la temporada como número uno del mundo, no ha perdido todavía sus opciones para lograr este último objetivo y tendrá que esperar del 12 al 17 de este mes, en Shanghai si quiere arrebatar ese puesto a Lleyton Hewitt y convertirse en el jugador más veterano que lo consigue, con 32 años y siete meses.