Miquel Soler avanza con el balón ante la oposición de un rival. Foto: ALFAQUÍ

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0 GRAMENET: David Valle (HH), Roberto (H), Puig (H), Emiliano (H), Edu (H), Docando (HH), Blanco (H), Pons (H), Matute (H), Caballero (H) y Larios (HH)
Cambios: Jiménez (HH) por Blanco, Guerrero (H) por Docando y Alvero (H) por Matute.
1 MALLORCA: Miki (H); Cortés (HH), Olaizola (H), Nadal (H), Miquel Soler (HH), Novo (HH), Paco Soler (H), Robles (H), Riera (H), Turu Flores (HH), Carlos (H)
Cambios: Campano (H) por Carlos, Raúl Martín (HH) por Riera.
Àrbitro:
Losantos Omar (Colegio vasco). Sin problemas. Amonestó con la cartulina amarilla al jugador local Guerrero y al mallorquinista Campano.
Gol:
0"1, minuto 90, Àlvaro Novo controla un balón a la salida de un córner y de fuerte disparo supera al meta David Valle.
Incidencias:
Ciutat Esportiva del Espanyol (Sant Adrià del Besòs). Alrededor de 2.500 espectadores. Terreno de juego en irregulares condiciones.

Julián Gómez SANT ADRIÀ (BARCELONA)
Esperó el Mallorca hasta el último minuto para sellar su pase a la siguiente eliminatoria. Fue una resolución llevada hasta su punto más agónico. Llegado el minuto final, Àlvaro Novo evitó la prórroga y males mayores. Fue, en definitiva, una victoria ordinaria, sin brillo, pero siguiendo las exigencias de una Copa en la que no caben errores ni sutilezas.

El Mallorca dominó en la primera parte aunque sin crear ocasiones de gol. Fue su juego algo especulativo y con ciertas reticencias a asumir el papel que le correspondía. Pese a las numerosas ausencias que presentaba el cuadro balear, Manzano presentó un once competitivo y que no debía claudicar ante un rival que buscaba la sorpresa con su limitado arsenal. Consiguió no pasar apuros el Mallorca, que con un juego ordenado y una ligera presión en el centro del campo, mantuvo a raya a la Gramenet, un equipo que no asustó en ningún momento.

Pese a todo, al Mallorca le costaba salir de su campo, acaso porque no encontraba un conductor de juego que pudiera enlazar con Carlos Domínguez y Turu Flores. Fue para el argentino la única ocasión clara de este primer período, en una jugada individual que, sin embargo, no terminó con buen remate.

El equipo catalán solo inquietó a balón parado, en una falta botada por Caballero. Eso y alguna internada por banda del escurridizo Larios, poco bagaje para una defensa cogida con alfileres como la que presentó el Mallorca.

No le interesaba al Mallorca que el partido siguiera por esos derroteros y estaba obligado a subir un poco más el nivel de su juego para cobrar ventaja. Pero la Gramanet estaba muy atrás y apenas dejaba resquicios. El equipo local, además, salió con más impetu en el segundo período y su juego resultó más osado, dejando al Mallorca menos opciones en el juego de ataque. Pons dispuso de una ocasión y el Mallorca seguía sin dar señales de vida en ataque.

Carlos y Flores estaban apagados y por eso Manzano decidió prescindir del punta sevillano para reforzar el centro del campo con Campano. No hubo gran mejoría pero si un remate de Raúl Martin, de cabeza, que se fue fuera. El delantero del filial ofreció lo más positivo del conjunto rojillo en vanguardia y de su velocidad salió todo el peligro bermellón en esos momentos. Pero pasaban los minutos y se veía difícil la manera en la que el Mallorca podría anotar algún gol. Ni la defensa de la Gramanet hacía concesiones ni el conjunto balear aportaba grandes ideas.