La tripulación del «Caixa Galicia», a la izquierda, posa con los Reyes y el equipo «Telefónica». FOTO: TERESA AYUGA

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Cuando Vicente Tirado explicaba que la Copa del Rey no puede compararse con ninguna otra prueba del calendario español en sus palabras se intuía algo más que un simple cumplido. Como ya se demostrara en anteriores entregas, la vigesimoprimera edición ha evidencia que las credenciales previas no tienen excesivo peso en la bahía de Palma. El «Banco Espíritu Santo» llegaba a la Isla habiéndolo ganado todo, pero como le pasó al «CAM» el año pasado, se le atragantó la Copa. Los principales protagonistas han sido el «Caixa Galicia» y el «Telefónica», ganadores de las distintas clases.

Un año más la Copa del Rey ha premiado a la embarcación más regular. El «Caixa Galicia» se ha movido en todas las regatas entre los mejores. Ganó la sexta prueba y su peor clasificación fue un sexto puesto en la quinta prueba.

Los grandes favoritos, «Banco Espíritu Santo» y «Azur de Puig» pagaron caro sus respectivos despistes. Un pinchazo en la Copa del Rey significa acumular diez puntos en el casillero y esa diferencia es irrecuperable. Los dos pincharon y desde la regata larga sus esfuerzos se centraron en conseguir el segundo puesto. Finalmente la segunda plaza fue para el velero de la Infanta Cristina, mientras que el «BES» no podía conseguir su séptimo triunfo consecutivo.

El «CAM», otro de los barcos que salía en todas las quinielas, finalizó en el cuarto puesto y muy alejado del ganador tras tratar de invertir la clasificación en las dos últimas pruebas.

En el grupo IMS 600, el «Telefónica» ganó el pulso a «Forum Filatélico», «Retevisión» y «ONO» y se alzó con el título. El barco de Pedro Campos ha protagonizado una gran competición y ha firmado una remontada impresionante.

Tras el gran inicio del «Retevisión», el «Telefónica» se erigió en el mejor velero de la flota del grupo B. Jordi Calafat y Pepote Ballester se mantuvieron líderes hasta el ecuador de la Regata, pero el velero de Pedro Campos se mantuvo intratable en el último tramo de la competición.