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La empresa Innovacions Informàtiques de Balears SL (IIB) se comprometió ayer a poner sobre la mesa del Consorci del Joc Hípic un aval de 20 millones de euros (más de 3.300 millones de pesetas) como garantía de su gestión en la quiniela hípica. La mesa de contratación declaró el pasado 18 de junio que IIB "la única empresa que se presentó al concurso" carecía de «solvencia econòmica» para avalar la ejecución del contrato. Los responsables de IIB remitieron ayer una carta al presidente del Consorci del Joc Hípic, el también president del Govern Francesc Antich, comprometiéndose «a entregar un aval mediante una garantía bancaria de reconocido prestigio por un importe igual a 20 millones de euros (3.327.720.000 pesetas) como garantía de la ejecución del contrato en el caso de adjudicación del mismo».

IIB es una sociedad formada por partes iguales por las multinacionales Cirsa y Troyjocs. Sólo Cirsa emplea más de 10.000 trabajadores y factura 1.300 millones de euros en los cinco continentes, con una experiencia en el sector del juego superior a los 20 años. Fuentes del Consorci del Joc Hípic aseguraron ayer que el problema para no conceder el concurso a IIB radicaba en el hecho de que sus representantes, José Luis Aranda y Justiniano Salvador, sí tenían solvencia económica, pero la sociedad limitada no la tenía. La empresa IIB considera ahora que cumple con todos los requisitos solicitados y que se reserva el derecho de reclamar o recurrir la resolución del Consorci del Joc Hípic en caso de que no le sea favorable.

La postura de los tres miembros del Consell de Mallorca en el Consorci del Joc Hípic sigue siendo que se llegue al procedimiento negociado con un mínimo de tres empresas, entre las que podría estar incluida Innovacions Informàtiques de Balears SL, y que se elija la mejor oferta. Los otros tres miembros del Consorci, que representan al Govern, rechazaron inicialmente el procedimiento negociado, y en una reunión mantenida con distintos estamentos del trote balear se comprometieron a llegar a una solución satisfactoria. Las dos posibles vías serían una tasa en las tragaperras para subvencionar los hipódromos o la posibilidad de unos juegos recreativos deportivos. Esta segunda parece estar totalmente descartada.

El Govern se comprometió con los responsables de los principales estamentos del mundo del trote balear a encontrar la mejor solución en un plazo de quince días (ya ha pasado una semana). La incógnita es saber si se decantarán por la tasa de las máquinas tragaperras o si finalmente darán marcha atrás y aceptarán el procedimiento negociado propuesto por el Consell. Sea como sea, lo único seguro ahora es que IIB está dispuesta a presentar un aval que prueba, con holgura, su solvencia económica suficiente.