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El atletismo balear celebró su fiesta particular y lo hizo junto a sus mejores representantes en un fin de semana marcado por una adversa climatología que alteró el programa de la competición. La intensa lluvia caída en la tarde del sábado provocó la suspensión de la segunda jornada y obligó a los responsables del Campeonato a trasladar esas pruebas a la mañana de ayer en la que se puso fin al Autonómico de verano.

Una vez superadas estas dificultades el espectáculo se centró exclusivamente en la pista donde se sucedieron algunas de las escenas más atractivas del fin de semana.

El barcelonista Guillermo Vidal se reafirmó como el rey de la velocidad balear imponiéndose en el 100 y el 200 por delante de Joan Cartaña, que logró su objetivo en el 400. Cristian Torres fue más rápido que nadie en los 800 metros, al igual que Joan Puigserver en el kilómetro y medio, Guilermo Bosch en los 3.000 y Santos Martínez en los 5.000. Francisco José Molina observó a sus rivales desde lejos en los 400 vallas y Aitor Lapeña monopolizó la longitud y el triple salto.

Entre las féminas destacaron los triunfos de Claudia Troppa en el hectómetro y longitud, la actuación de Sandra Torres en vallas, la victoria de Marina García en triple y Sandra Yaw en altura y la presencia de la olímpica Mar Sánchez en el concurso de pértiga, donde se impuso tras superar los 3.60.

Los relevos fueron para las ibicencas del Pitiús, que respondieron así a los triunfos logrados por los chicos del Amistat entre los hombres.