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93 TAU VITORIA: (27+20+20+26): Bennett (10), Sconochini (4), Foirest (24), Oberto (14), Tomasevic (14) "cinco inicial", Scola (7), Nocioni (20) y Harissis (0).
83 UNICAJA: (25+22+27+9): Cabezas (5), Sonko (14), Gurovic (14), Abrams (7), Kornegay (6) "cinco inicial", Weis (7), Bullock (25), Rodríguez (1), Fran Vázquez (4) y Paco Vázquez (0).
Àrbitros: Sancha, Ramos y J. Martínez. Excluyeron por personales a los visitantes Weis y Abrams. También decretaron técnica a Abrams por protestar.

Efe - VITORIA
La enésima demostración de carácter y fortaleza mental del Tau Vitoria, concretada con un parcial de 26-5 en el último cuarto cuando el Unicaja amenazaba firmemente con prolongar la final de la Liga ACB, supuso la defunción malagueña por la vía rápida en la eliminatoria y, de paso, permitió consagrar al equipo vitoriano como el nuevo monarca del campeonato español. El sonado éxito de los alaveses, impensable hasta que un buen Unicaja se vino abajo de forma inexplicable en el último cuarto con 64-74 a su favor, supone el fin del monopolio de los sempiternos Barcelona y Real Madrid, y la demostración de que el Tau Vitoria se ha instalado por méritos propios en la elite del baloncesto español.

Su tercera victoria ante los malagueños supuso la enésima muestra del carácter que le ha dotado su técnico, Dusko Ivanovic, y la inquebrantable fe de unos jugadores que han completado una temporada portentosa con el doblete de la Liga ACB y la Copa, además de una aceptable Euroliga. El Unicaja no se amilanó un ápice tras la impetuosa y racial salida (13-5, m. 4) y mantuvo contra las cuerdas a los vitorianos hasta el inicio del tercer cuarto, pero ahí se le hizo de noche y sucumbió sin poder exhibir ningún argumento ante la incontestable superioridad de los locales.

El equipo de Bozidar Maljkovic estaba herido en su orgullo y no podía consentir su defunción a la ligera después de rubricar una sensacional fase regular. Parte de sus jugadores que estuvieron acogotados en Málaga por la responsabilidad de la final rayaron esta vez al nivel que se le presupone. Como Cabezas maniató a Bennett al inicio, Bullock tenía bastantes cuentas pendientes, Sonko apuntilló la defensa vitoriana con triples oportunos y los pivotes locales no encontraron aro con demasiada asiduidad, surgió un partido equilibrado en el que Unicaja, al fin, opuso resistencia.