Los jugadores españoles celebran uno de los tantos abrazándose en el campo.

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COREA DEL SUR. EFE.
España no tuvo excesivos problemas para concretar su pase como primero de grupo en la primera fase mundialista tras una fácil victoria frente a Suráfrica (3-2) con lo que elude a Alemania en el cruce de octavos de final y se medirá a Irlanda en la siguiente fase.

La selección española alcanzó el objetivo que se había propuesto para su último duelo de la primera fase ante Suráfrica. Los españoles, después de derrotar a los 'bafana-bafana' por 2-3, se enfrentarán en la ronda de los dieciséis mejores a la República de Irlanda, un rival con menos poder de intimidación que el aguerrido equipo de Rudi Voeller. La victoria no fue fácil para la selección española, que ahora encara la eliminatoria ante los irlandeses con más confianza que nunca.

Tres triunfos en cadena en el arranque de un Mundial es algo que el fútbol español sólo había conseguido en Brasil'50.
Camacho, con la clasificación para la segunda fase asegurada, decidió que era el momento de recompensar el trabajo de jugadores que se habían quedado en el banquillo en los dos primeros partidos y presentó una alineación con muchas novedades. Salvo Iker Casillas, Miguel Angel Nadal y Raúl González, los ocho titulares restantes no lo habían sido hasta hoy, aunque Iván Helguera y Fernando Morientes jugaron muchos minutos frente a eslovenos y paraguayos, y Xavi Hernández y Enrique Romero también habían debutado en el Mundial.

El técnico surafricano, Jomo Sono, alineó al mismo equipo que derrotó a Eslovenia. Su selección se jugaba el pase a los octavos de final -sólo necesitaba un empate para conseguirlo- y no era el día más indicado para hacer experimentos. Raúl, la estrella de la selección española, desequilibró la balanza nada más comenzar el partido. Un pase en profundidad demasiado largo de Gaizka Mendieta sirvió al delantero del Real Madrid para fabricar un gol donde parecía imposible hacerlo. Raúl no hizo lo que cualquier otro: darse la vuelta, ahorrar energías y dar la jugada por terminada. El madrileño, como siempre, persiguió el balón, acosó al portero surafricano, Andre Arendse, y aprovechó que a éste se le fue el esférico de las manos para firmar el 0-1 en el minuto 4.

Raúl es así: genial y también pillo. Los de Camacho dominaron con autoridad y España dispuso de dos clarísimas ocasiones de gol para aumentar su ventaja.

La primera fue un disparo de Mendieta que Aaron Mokoena sacó bajo los palos (m.13) y la segunda, un bonito remate de cabeza de Morientes que contrarrestó Arendse con una parada espectacular (m.30). Suráfrica, que hasta ese momento no había hecho más que amagar sin golpear, logró el empate un minuto después por medio de Bennedict McCarthy, que batió a Casillas desde dentro del área pequeña española tras una indecisión de Nadal y Helguera en el marcaje. España anduvo desconcertada durante un buen rato.

La buena labor de Quinton Fortune por la derecha y Sibusiso Zuma por la izquierda, el trabajo de Sibaya y la velocidad de McCarthy y Siyabonga Nomvethe crearon muchos problemas a los hombres de Camacho en la recta final de la primera mitad. El comienzo del segundo acto fue trepidante. El capitán surafricano, el veterano Lucas Radebe, puso de nuevo en evidencia a la zaga española e igualó por segunda vez el partido (m.53) al rematar de cabeza, totalmente libre de marcaje, tras un saque de esquina. La respuesta de Raúl fue casi inmediata. El delantero del Real Madrid sólo tardó tres minutos en poner otra vez a España por delante. Lo hizo con un excelente testarazo tras un pase de muchos quilates de Joaquín que acabó por decidir el partido.