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Iñaki Duque - BUSAN (COREA)
Francia entera suspira por la presencia de Zinedine Zidane en el decisivo partido de hoy mientras su rival, Uruguay, da por segura la presencia de su delantero Darío Silva, recuperado casi completamente de los golpes que recibió en el partido ante Dinamarca. El encuentro «de la muerte», en el que quien pierda dirá adiós, salvo espectacular carambola, a sus posibilidades de clasificación para los octavos de final, se disputará en medio de un ambiente de tensión especialmente palpable entre los franceses. Sin duda, el combinado galo jugará mucho más presionado que su rival ya que tiene la responsabilidad de defender el título logrado hace cuatro años y refrendado hace dos con su victoria en la Eurocopa.

Quedar fuera de los octavos de final tendría unas consecuencias impredecibles, razón por la cual el seleccionador francés, Roger Lemerre, prefiere ni tomar en consecuencia esa posibilidad. «No voy a hablar de hipótesis. Solo pensamos en conseguir los tres puntos», sentenció. Antes del entrenamiento de ayer en el estadio Asiad Main de Busan, en el que no tomó parte Zidane, que lleva su recuperación al margen del grupo, Lemerre cedió en el propio jugador del Real Madrid la responsabilidad de decidir si jugará.

«Está experimentando una evolución muy positiva y mostrando que tiene posibilidades de jugar mañana. Trabaja muy duro, aunque no se puede decir si estará disponible hoy. Si se levanta en condiciones y dice que está preparado para jugar, le dejaré jugar. La decisión será suya», afirmó Lemerre que, según parece, se considera incapacitado para tomar una decisión al respecto. Lemerre avanzó que habrá cambios en la estrategia respecto a la utilizada ante Senegal, aunque no quiso detallar en qué consistirán. De no jugar finalmente Zidane, su compañero de equipo en la liga española Claude Makelele para reforzar el centro del campo parece la opción que cobra más peso.

Las vísperas no son tan tensas en la delegación uruguaya aunque ambas selecciones se juegan adelantar el billete de regreso a casa. El equipo uruguayo apenas hizo uso de su derecho a entrenarse en el escenario del partido y sus jugadores se limitaron a reconocer el terreno de juego durante apenas un cuarto de hora. Recoba está completamente recuperado de sus problemas físicos y preparado para mover la manija de su equipo en el trascendental partido. La selección de Uruguay ha recuperado también al delantero Darío Silva, pero el técnico Víctor Púa parece resignado a descartar al centrocampista Fabián O'Neill.