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La afición bermellona afronta otro encuentro en el que su apoyo debe conducir al cuadro mallorquinista a una victoria que en las últimas confrontaciones en Ciutat ha resultado esquiva. Una vez más, desde el Real Mallorca se ha rebajado el coste de las localidades para que Son Moix registre el lleno que se espera en la despedida de una temporada plagada de claroscuros.

Al cierre de las taquillas en la tarde de ayer tan sólo quedaban poco más de doscientas entradas por vender, todas ellas correspondientes a tribuna cubierta, y cuyo precio asciende a dieciocho euros. Estos números dejan ver que repetir la iniciativa de rebajar el coste de las localidades para los abonados y público en general ha vuelto a ser revulsivo para un buen número de seguidores que quieren alentar a la plantilla de Llompart desde una grada abonada al sufrimiento.

Las previsiones hacen pensar a Pep Calvo, responsable de taquillas del Real Mallorca, que «durante la mañana de hoy se agotará el papel, o al menos, viendo la afluencia de seguidores y la conciencia que ha tomado la gente, hay motivos para ser optimista y pensar que llenaremos Son Moix». Las colas registradas a lo largo de la semana han servido para rubricar que la grada no falla en los momentos en los que hay algo más que un simple partido en juego.

La violencia en los terrenos de juego ha sido el tema que ha capitalizado la actualidad futbolística durante los últimos días, pero la más que segura ausencia de seguidores del Real Valladolid no hace que desde la entidad mallorquinista se tomen especiales medidas de seguridad para evitar posibles incidentes, que pese a todo podrían llegar teniendo en cuenta un hipotético desenlace negativo. Para evitar males mayores, se desplegará un número más importante de efectivos policiales, aunque sin grandes alardes. De todas formas, la cautela es la orden de vuelo en el servicio de seguridad, que quiere evitar a toda costa incidentes en Son Moix.