Ariel Ibagaza, controlando un balón ante la presencia de Makelele el pasado domingo en el Bernabéu. Foto: JOAN TORRES

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Tomeu Llompart ha inyectado una dosis de moral importante en el seno del equipo mallorquinista. El grupo de jugadores estaba mentalmente atascado y parecía que a muchos se les había olvidado hacer lo que saben hacer muy bien, jugar al fútbol. El entrenador de Inca ha colocado a cada uno en su sitio y les ha vuelto a meter en la cabeza que nadie es mejor que ellos. En el Bernabéu quedó bien demostrado y los jugadores no escatiman elogios hacia la figura del ahora técnico del primer equipo.

Javier Olaizola fue muy claro al responder qué había hecho Llompart en tan pocos días para que el equipo cambiase su fisonomía. «El míster nos ha dado confianza y nos ha abierto los ojos, todo esto, unido al sistema que también ha cambiado ha motivado que el equipo crea más en lo que hace», explicó Olaizola.

Buen ambiente
El equipo, nada más aterrizar en Palma, se dirigió hacia el estadio para realizar la primera sesión de trabajo prevista para esta semana. El ambiente ha cambiado de manera importante y el hecho de depender de uno mismo para mantener la categoría significa mucho a falta de un partido para que termine la Liga. Olaizola destacaba la trascendencia de no tener que mirar a otro campo para lograr mantener la categoría. «Llegar al último partido de Liga dependiendo de uno mismo es ahora fundamental y pese a que no hay que confiarse, estamos mucho mejor que la anterior semana», declaró.

El punto sumado en Madrid, además de motivar que el equipo abandone las zonas de descenso, hace que el Mallorca haya recuperado parte de la personalidad que partido a partido se había diluido. «En Madrid cumplimos el objetivo y dimos imagen de ser un buen equipo que es lo que deberíamos haber hecho durante muchos partidos esta temporada. Jugamos bien y hicimos méritos para ganar», subrayó el capitán mallorquinista.

Una vez más el papel de la afición será trascendental en el partido contra el Valladolid. Ese encuentro sí que es una verdadera final y la plantilla es muy consciente de lo importante que volverá a ser el recibir el máximo apoyo desde la grada del estadio.

«Hasta me da vergüenza pedir otra vez más el apoyo del público pero lo que si es cierto es que el encuentro del sábado es una final y es fundamental que estén con nosotros como lo han estado durante todo el año y a ver si de una vez por todas somos capaces de corresponderles como se merecen», manifestó Javier Olaizola. El club ha rebajado el precio de las entradas y muy posiblemente el próximo sábado el estadio de Son Moix estará lleno.