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El Drac Inca proyecta alterar notablemente su actual política contractual y condicionar gran parte de los emolumentos que perciben los jugadores del equipo profesional a los logros deportivos. La aplicación de esta nueva fórmula entraría en vigor la próxima temporada y es uno de los principales objetivos que se ha marcado el director deportivo del club. A grandes rasgos, la propuesta de Mario Perry pasa por ofertar sueldos mínimos y establecer premios por partido ganado. Esta medida, entre otras cosas, delata el desconocimiento absoluto del croata sobre el baloncesto profesional español y dejaría al Inca en clara inferioridad a la hora de fichar jugadores importantes.

Independientemente de la pérdida de poder adquisitivo que se detecta en algunos clubes que integran el mapa LEB, fuentes consultadas por esta redacción dejaron claro que esta posibilidad es inviable en una competición como la Liga LEB, al menos para un equipo que tenga ciertas aspiraciones. En la ACB, por ejemplo, sólo el Real Madrid ha logrado fijar contratos por incentivos y sólo en casos muy especiales, como el de Djordjevic o Alberto Herreros. No obstante, las multimillonarias fichas de estos jugadores no tienen nada que ver con la realidad en la que se mueve el Inca.

En el poco tiempo que lleva trabajando en el club, Mario Perry no ha hecho otra cosa que confirmar que su tratado de intenciones roza lo absurdo y que se parece demasiado a una novela de ciencia ficción. Al margen de la quijotesca política contractual que aparece en el discurso del ex entrenador del Ferrerías, el croata ha empezado a pregonar a los cuatro vientos que la próxima temporada los jugadores que recalen en el Drac Inca van a sudar sangre: tres sesiones diarias de entrenamiento. Este suele ser un método al que recurren habitualmente los mediocres para reclamar algo de atención, aunque convertir el club en un campo de concentración no parece ser una buena receta.

En materia de fichajes, el club ha priorizado la contratación de Rafa Monclova. Juan De la Cruz, agente del base andaluz, ya sabe del interés del Drac Inca por recuperar a este jugador. Monclova actuó en el equipo de Es Raiguer en la temporada 99/2000, donde coincidió con Paco Olmos. La marcha del preparador valenciano al Ciudad de Huelva también propició la salida del jugador, quien este año está brillando con luz propia en Melilla.

El mercado nacional ofrece pocas alternativas de calidad en el puesto de base y el Drac Inca es consciente de ello. La opción de Roberto Núñez (León) es económicamente inviable; Patricio Reynés tiene contrato en vigor con el Tenerife Canarias; Rubén Arizmendi seguirá en Los Barrios y el futuro de Albert Oliver (Manresa) está en la ACB. En el caso de Monclova, el club también valora el poso que dejó entre los aficionados de Inca, de ahí que su fichaje se haya convertido en un objetivo prioritario.