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Efe - A CORUÑA
Miles de personas homenajearon brevemente al Deportivo de La Coruña en Riazor y su presidente, Augusto César Lendoiro anunció que el grueso de las celebraciones se aplazan porque «hoy "por ayer" es día de trabajo» y mañana sábado juegan contra el Rayo. El acto festivo apenas duró una hora, ya que los inmediatos compromisos oficiales del Deportivo -mañana contra el Rayo y el martes ante el Arsenal en Copa de Europa- impiden una prolongación de los fastos oficiales previstos en la ciudad coruñesa. La expedición deportivista llegó al aeropuerto de Alvedro a las 13.00 horas, y allí fue recibida por miles de aficionados. Desde allí, el equipo se desplazó a su estadio, donde la centenaria Copa del Rey conseguida ante el Real Madrid accedió al césped del estadio portada por los capitanes Fran y Mauro Silva, en medio de una atronadora ovación y a los gritos de «¡Campeones, campeones!».

Fran manifestó el agradecimiento de los jugadores a la afición. «Sin vuestro apoyo en un partido tan difícil no hubiera sido posible ganar la Copa», recordó el jugador gallego. «Nunca nos falléis, como habéis hecho en esta ocasión, para que el equipo pueda alcanzar más títulos», añadió. El entrenador del Deportivo, Javier Irureta, anunció que es necesario volver al trabajo porque los compromisos inmediatos así lo requieren y auguró mayores éxitos: «Sabemos que habrá que luchar, pero con esta afición, seguirán llegando los triunfos». Irureta culminó su discurso con el grito de «¡Forza, Dépor!», en medio del aplauso generalizado.

Lendoiro hizo uso de la palabra en último lugar y manifestó su agradecimiento al equipo «por este nuevo título que ha llenado de orgullo a los gallegos que, en un día de trabajo, acudieron en número de 25.000 al Santiago Bernabéu». Destacó que «esta Copa no es una Copa cualquiera, es la Copa del Centenario del Madrid y la Copa cien».

Caras largas en la vuelta al trabajo del conjunto madridista
La derrota en la final de la Copa del Rey no ha sentado nada bien a los jugadores del Real Madrid, como es lógico, y eso se dejó notar en las caras largas de los jugadores en el entrenamiento efectuado en la mañana de ayer. Los titulares apenas se dejaron ver en el césped de la Ciudad Deportiva. César, Salgado y Helguera fueron los únicos que lo hicieron en un primer momento, mientras que Pavón hizo toda la sesión con los suplentes y los que no fueron convocados. Sólo al final del entrenamiento, Hierro y Raúl estuvieron corriendo por espacio de diez minutos. No era día para bromas y eso se dejó notar en el ambiente. También se notó en la escasa afluencia de aficionados, ya que apenas cincuenta personas se acercaron a la Ciudad Deportiva, cuando en cualquier día normal hay varios cientos de ellos en las gradas. Los jugadores no tenían ganas de nada y menos de hablar. Conforme salían del vestuario se montaban en sus vehículos y se marchaban y tan sólo Fernando Hierro, en su condición de capitán del equipo, dio la cara ante los medios de comunicación. Hierro dejó claro que aquí «no se acaba el mundo».