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El Real Mallorca inició el pasado lunes una de las semanas más difíciles de los últimos años. Desde el club se empezó ya a meter en la cabeza a sus futbolistas hace dos días que Vallecas no es San Siro y que el Rayo no es el Milán. El objetivo del técnico, e incluso de los futbolistas más experimentados, es propiciar una reacción en positivo y que esta venga casi rodada. Miquel Soler ya apuntó en su última comparecencia ante los medios que después de un partido dramático suele producirse un cambio para mejor y en esto confía el lateral y también la gran mayoría de los futbolistas.

Ayer mismo Àlvaro Novo aseguraba que en el seno del vestuario hay plena conciencia tanto en lo mucho que hay en juego como también en la obligación de ganar al Rayo este domingo. «Todos somos conscientes de lo que hay en juego y también queremos revertir esta situación de inmediato. Hemos sido reiterativos estas semanas y ahora hay que ganar y viajaremos a Madrid con el claro objetivo de sumar los tres puntos», declaró Àlvaro. El futbolista de Córdoba ya tiene el alta médica y esperará una nueva oportunidad para entrar en el equipo aunque no lo tendrá fácil ya que, por delante, tiene a Roberto Losada y Alejandro Campano aunque el futbolista confía en volver a tener pronto una nueva oportunidad.

El Real Mallorca superó una de sus primeras crisis precisamente ante el Rayo al que consiguió ganar por tres goles a cero. Sergio Kresic había tomado el relevo de Bernd Krauss lo que supuso un revulsivo importante tanto para la afición como también para todos los jugadores. Esto sucedió en la jornada número nueve de campeonato y después se entró en una racha de victorias y de empates muy positiva propiciando que el Real Mallorca fuera uno de los equipos que más puntos consiguiera.

Sin embargo, esta línea de regularidad se rompió en seco y se entró en una espiral totalmente diferente y que acabó con el Mallorca ocupando zona de descenso. En esto el equipo es realista y, en cierta manera, los futbolistas creen que se está tocando fondo aunque una derrota en Madrid supondría una estocada casi definitiva en la lucha por eludir el descenso. Todo está dicho, el presidente ha vuelto a reiterar que confía en el entrenador actual y espera que la plantilla, en un ejercicio de responsabilidad, además de trabajar al máximo, sea capaz de exhibir una mayor seguridad sobre el terreno de juego y, en cierta manera, evitar que ocurran circunstancias como la de encajar un gol a los dos minutos y no poder remontarlo.

El compromiso del vestuario es vaciarse de aquí a que finalice el campeonato y este mensaje ha sido recibido por el propio presidente de la entidad bermellona. Ganar un mínimo de cinco partidos es el principal reto ya que de esta forma la permanencia estaría prácticamente asegurada. El primero de estos encuentros se disputa el domingo en un estadio muy difícil.