Toni Colom, al frente de un grupo de corredores en la subida al Puig Major, puerto de primera categoría. Foto: T.M.

TW
0

Toni Colom no pudo ser el primero en su paso por Bunyola, pero sus vecinos salieron a las calles de la localidad mallorquina para ver a Toni entre los más brillantes de la etapa reina. El ciclista de Relax-Fuenlabrada afianza su reinado en la montaña, más tras coronar en primer lugar el Coll de Sóller y dar un recital en la selectiva ascensión a la cota más elevada de la Challenge, el Puig Major. Pero a Colom se le quedó la espinita clavada de poder agregar a su palmarés una etapa. Ayer, el dorsal 33 se vio frenado por un inoportuno lance a 300 metros de la línea de meta. «Se me salió la cadena al cambiar de marcha. Es un fallo mío, pero me ilusionaba tener tan cerca la victoria. Llevo cuatro años como profesional y nunca he escondido mi intención de lograr un triunfo así, pero debo digerirlo y habrá que esperar», comentó el hombre de Maximino Pérez.

Sobre su excelente rendimiento en el terreno en el que parece desenvolverse más a gusto, Toni Colom afirmó sentirse «bien durante toda la etapa. Incluso bajando el Coll de Honor intenté que el grupo se estirase, pero no cayó en la trampa. Luego, en el Coll de Sóller les he esperado y bajándolo, he imprimido un ritmo fuerte para estirar la carrera en el Puig Major. Quise atacar, pero había demasiada gente». Sin duda, el paso por Bunyola significó un momento de gran emotividad para Colom. «No me puedo quejar, pues ha quedado claro que en esta tierra me quieren», concluyó el bunyolí.

Por su parte, el «nuevo» líder de la Challenge, Francisco Cabello (Kelme-Costa Blanca) recupera la supremacía que se le suponía a un hombre amoldado a las exigencias de la ronda mallorquina. «Venía buscando la victoria de etapa, pero mi director me propuso buscar la general. Las cosas me han salido bien hoy "por ayer" y desde ahora, debo estar atento a todos los movimientos. Me hace ilusión volver a ganar en esta tierra en la que tan a gusto me siento», resaltó el granadino.

Aguantar el duro ritmo impuesto a medida que la calzada se empinaba fue un calvario para más de uno, «no hay que olvidar que es la primera etapa de montaña de la temporada, y hasta que no pasas los dos primeros puertos no sabes a ciencia cierta cómo te encuentras», dijo en línea de meta el doble ganador de la prueba.