Los jugadores del Mallorca celebran la consecución del gol de Losada. FOTO: TOMÁS MONSERRAT

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Kresic liberó ayer al Real Mallorca y los jugadores demostraron que son capaces de volver a recuperar el crédito perdido a golpes de buen fútbol. Con cuatro atrás y Roa es más que suficiente para mantener el control. Ayer el Athletic apenas inquietó la meta del portero argentino. Se defendió bien, con orden y con agresividad. En el primer tiempo, al margen de un par de balones aéreos, poco o nada tuvo que hacer el «Lechuga». En el centro del campo el equipo exhibió mayor fluidez, aunque se encontró con los problemas lógicos, ya que el rival también juega y, si bien ofensivamente no inventaba, sí demostró tener una importante capacidad de destrucción.

El cuadro balear captó el mensaje y jugó abierto, la pelota circulaba con relativa facilidad entre líneas e incluso las bandas, con Campano y Novo, empezaron a funcionar. Al cuarto de hora Luque envió un balón al larguero. Era el primer aviso serio. A la media hora fue Marcos quien remató de cabeza una certera asistencia de Miquel Soler. Segundo aviso. El Mallorca empezaba a despacharse a gusto, se gustaba y se recreaba, pero faltaba poner la guinda al pastel y ahí apareció Albert Luque. La defensa lanza un balón al espacio y el catalán empieza a cabalgar dejando atrás a tres zagueros, gana posición en el área y, a lo Zinedine Zidane, inventa un regate y bate a Lafuente.

Lo más difícil estaba hecho. El equipo se limitó a aguantar y a esperar el descanso. En la reanudación empezó el lío. Lacruz derriba a Luque cuando este había metido la directa en busca del portero vasco. El colegiado, tras consultar al asistente, no señaló nada y, al margen de las protestas, esta acción terminó por unir todavía más al equipo con la grada. El trencilla no señaló falta pero sí ayudó a despertar el «sentimiento» desde más allá de la pista de atletismo.

El partido seguía abierto y Roa se lució cuando a los cinco minutos despejó un balón rematado por Etxeberria que se colaba directamente por la escuadra. A partir de ahí, fue el conjunto de Kresic quien siguió mandando. Sin embargo faltaba sentenciar y Albert Luque tomó conocimiento de ello. El delantero robó un balón a Carlos García, metió la pelota al punto de penalti y Paunovic cayó ante dos defensas. El colegiado señaló la pena máxima que, según la televisión no existió. Vicente Engonga no perdonó y colocó el definitivo dos a cero. Después sólo había que esperar el final. Y fue al final cuando se vivió el momento más emocionante. Kresic da entrada a Losada, que en el descuento logró marcar el tres a cero. El futbolista recibió la felicitación de todo el estadio y de sus compañeros. Vuelve la alegría con una reacción a lo grande.