Drac Inca entra en números rojos

ALBERT ORFILA
ENVIADO ESPECIAL A SANTIAGO
Cómo frenar a López Vilas. Esa fue la pregunta que se formuló el Drac Inca durante un buen tramo de la cita. Primero Alberto Alzamora, después Larry Richardson y finalmente Miguel Alberto Montañana fueron los nombres propios a los que recurrió Oliete para evitar que la grieta se hiciera mayor. Pero nada funcionó. Ni en ataque ni en el juego sin balón. La productividad del cuatro hispano"uruguayo resultó devastadora. Los espacios que habilitó a Koke Rama y sus 16 puntos se clavaron como puñales en el corazón de un equipo que redactó un encuentro con demasiadas erratas. Cuatro partidos después, el Inca no puede esconder ni sus virtudes ni sus defectos, el problema está en que todo el mundo ya sabe como cortar el suministro a Kelby Stuckey o como incomodar a Willy Villar. Si Alberto Alzamora no tiene su día y Sergi Grimau ni tan siquiera está en el banquillo, las expectativas nunca pueden ser buenas.

Ulla Oil, un equipo cosido con criterio y nacionales con mucho pedigrí, rentabilizó al máximo la languidez defensiva que ofreció el Drac Inca durante el primer acto para reactivarse y sumar su primera victoria en la competición. El cuadro mallorquín, que ha perdido sus dos últimos partidos, empieza a tener demasiadas piedras dentro de su mochila y va siendo hora de que alguien reflexione con seriedad sobre Larry Richardson. Drac Inca guiñó a la esperanza en el tercer cuarto. Apretó los dientes en defesa, cerró el rebote y logró asustar sobremanera al Ulla Oil (60-51). Había levantado once puntos (48-36 al descanso), pero todo volvió a desfondarse en los últimos diez minutos. La escuadra mallorquina incidió en los mismos gazapos y López Vilas y David Doblas se encargaron de zanjar el asunto. No cabe duda que el duelo se había perdido desde dentro (30 rebotes a 19). El Inca siempre caminó un peldaño por debajo de su rival y la épica resultó demasiado efímera. Ahora espera Tenerife.