Olaizola lucha con Javi González por el control de un balón aéreo. FOTO: ALFAQUI

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MIGUEL ALZAMORA. ENVIADO ESPECIAL A BILBAO
Leo Franco y Samuel Eto'o sellaron ayer el pasaporte que permite al Mallorca viajar hacia el optimismo. Las manoplas del cancerbero de San Nicolás y la velocidad del atacante africano volcaron la fortuna de un equipo castigado en el inicio de curso y que ayer recuperó la sonrisa. El día en el que el portero mallorquinista tuvo que jugar como extracomunitario, sus guantes se convirtieron en el mejor argumento de un grupo que vuelve a convivir con la gloria; sus intervenciones ayudaron al Mallorca a cerrar su cancela ante la insistencia bilbaína en el arranque de partido y luego la chispa de Eto'o hizo el resto. El mejor refuerzo de Krauss para el curso 2001/02 tuvo suficiente con aprovechar la indolencia y lentitud de Ríos y abrir fuego ante la salida de Lafuente para darle al conjunto balear la primera alegría en Liga (0-1).

El buen aspecto que el Athlétic evidenció en Anoeta pronto se plasmó sobre el tapete de San Mamés. Alkiza, Guerrero y Urrutia eran los dueños del cuero y el Mallorca se atrincheraba en torno a Leo Franco. El primer cuarto de hora fue infernal y el portero mallorquinista fue el único capaz de apagar el fuego. Desde el minuto 8 hasta el 14 sus manos cerraron la puerta rojilla: primero sacó con el cuerpo un escorzo de Urzaiz tras una falta sacada por Javi González; un minuto más tarde su estirada envió a la esquina un duro disparo con la izquierda de Urrutia; la batería de opciones la agotó Guerrero, pero su zurdazo encontró los puños del italo-argentino, que ayer jugó como extracomunitario.

La pasión bilbaína se fue consumiendo y el Mallorca dio un paso al frente. Ibagaza tuvo más presencia en el ataque y Luque echó dos carreras que abrieron la zaga vasca. En el minuto 21 una arrancada del catalán dejó el balón en los pies de Eto'o, pero el blando disparo del camerunés lo envió Lafuente a córner. Era la primera aproximación tangible del conjunto de Krauss. Los baleares ganaban terreno palmo a palmo y le sacaban brillo a la estrategia; Niño se acercó al gol en el minuto 34 con un testarazo tras una falta botada por Luque y Nadal finiquitaba el primer acto con un latigazo que murió en la grada tras otro golpe franco (minuto 40). La segunda parte amaneció con otro rostro. El Mallorca se fue a presionar más arriba, a la salida del balón y el Athlétic se ahogó. Ríos y Carlos García eran incapaces de darle sentido al cuero y el grupo bermellón asestó el golpe; Ibagaza le puso un balón en el área a Etoo, el africano le ganó la acción a Roberto Ríos y su disparo con la izquierda superó la estirada de Lafuente (minuto 52).

Los de Krauss cobraban ventaja y ganaban en autoestima. Los bilbaínos acusaron la puñalada y se resintió en la circulación del balón. El Mallorca jugaba cómodo, apelando al contragolpe, su mejor virtud; Luque envió fuera en el 54 y Etoo, tras una jugada en la que dejó en evidencia a la zaga local, puso a prueba los reflejos de Lafuente (minuto 60). Los cambios mejoraron al Athlétic. Tiko le dio mayor profundidad al juego de ataque y Urzaiz lo agradeció; el espigado atacante navarro tuvo la opción de equilibrar el choque tras una jugada con varios quiebros en el área, pero los guantes de Leo Franco abortaron "una vez más" el disparo del atacante (minuto 77). El Mallorca puso más elementos de contención (Campano y Vicente, que formó como tercer central) y sacó petróleo a la inspiración de Leo Franco y la genialidad de Samuel Eto'o.