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Un sueño plasmado en bronce es el que ha hecho realidad Cati Pol (Consell, 1981). La joven jugadora de voleibol ha escrito en Esposende (Portugal) una página de gloria del voley playa. Esta estudiante de INEF dio el salto a la División de Honor en Sabadell. El Winthertur fue el conjunto que la reconvertió en líbero. Campeona de España juvenil, la próxima campaña vestirá la elástica del Fútbol Club Barcelona. Pero ha sido junto a Esther Rivera cuando ha firmado un gran tercer puesto en el Europeo sub 23 de voley playa.

"Fichar por el Barça es todo un aval.
"Llena de ilusión, es un proyecto que se pone en marcha. Es la primera temporada de la sección femenina, y de momento, el Barcelona sólo nos cede la camiseta y la logística. Apuntamos hacia la mitad de la tabla, pero siempre mirando hacia arriba.

"¿Es su éxito una reconfirmación del buen momento del voley playa?
"A nivel masculino, el nivel es óptimo, pues se han logrado diplomas olímpicos. En el Mundial sub 21, los chicos fueron segundos y las chicas quintas, por lo que parece que el futuro promete. En nuestro caso, las rusas, que al final lograron el oro, pudieron con nosotras, pero el resultado es para estar satisfechas.

"¿Es descabellado pensar en Atenas 2004?
"Para llegar a los Juegos Olímpicos, tienes que participar en el World Tour y hacer buenos resultados. La Federación quiere una pareja en Atenas, pero para estar allí queda mucho trabajo por hacer.

"¿Enriquece esta experiencia internacional?
"Una concentración te aporta mucho como persona y jugadora, pues entrenas con los mejores. He tenido suerte de poder formar parte de la selección de Jóvenes Promesas, participar en el World Tour y en el J&B, pero una de las que más ilusión me hizo fue una prueba en Korea, donde logramos ganar un partido.