El rey Juan Carlos felicita al príncipe Felipe por su triunfo en la regata. Foto: S. AMENGUAL

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FERNANDO FERNÀNDEZ El «CAM» hizo bueno el pronóstico, adjudicándose con la Breitling su cuarta prueba consecutiva. La embarcación, con el príncipe Felipe a la caña, se benefició del abandono del «Andalucía» tras conocer la sanción impuesta por el Comité de Regata, y sólo tuvo que esperar a que la dinámica de la regata le fuera favorable. Sólo los franceses del «Faster K-Yote Two», segundos también en el grupo A "un calco de la general" y el «Bribón» del rey Juan Carlos, que defendía la gorra y acabó tercero, pudieron mantener desde la distancia el ritmo del Príncipe y sus compañeros de viaje. La última jornada sirvió, además de para coronar al «CAM», para confirmar que el «Azur de Puig» y el «ONO» "este del grupo B" también tienen cosas que decir en vistas a la XX Copa del Rey.

Por otro lado, en el grupo B, el «Zurich», que acabó perdiendo fuelle, salvó su participación con el primer puesto, seguido muy de cerca por «ONO» y «Siemens», cuyo descaro ha ido creciendo a medida que pasaban las millas, todo lo contrario que la embarcación de Jan Santana. Tanto Iñaki Castañer como Pedro Perelló pugnaron con el «Zurich», quinto en la regata de ayer, y coparon los dos primeros lugares, con lo que la emoción marcó las últimas evoluciones de la flota.

En una prueba marcada por fenómenos atmosféricos atípicos a estas alturas del año, el Comité de Regata se vio obligado nuevamente a forzar un cambio del recorrido, pues se produjo un más que notable role hacia Levante, lo que obligó a multitud de embarcaciones "encabezadas por el CAM y el Azur de Puig" a apurar al máximo el bordo hacia Cabo Blanco, a la par que otros integrantes de la flota, como el propio Bribón, se decantaron por una táctica más conservadora, sin desviarse del centro del campo de regatas.

A la conclusión, tras un inicio desconcertante y el affaire del «Andalucía», no hubo lugar para la sorpresa. La tripulación del «CAM» festejaba el hacerse con la cada vez más preciada «Gorra Breitling», recogida en una ceremonia final que ponía el punto y seguido a un pulso real.