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FERNANDO FERNÀNDEZ El Club Bàsquet Inca recupera a una parte fundamental de su pasado en vistas a olvidar la nefasta gestión capitaneada por José Antonio Artigas Lomas. Antoni Maura toma las riendas de las finanzas y desde la gerencia del club apelará por el sentido común a la hora de gestionar una entidad que ha tirado de un hombre de la casa de sobras capacitado para cumplir con el objetivo que desde la gestora se le ha marcado.

A Maura se le puede considerar como uno de los padres del club, miembro fundador y persona de peso dentro del esquema directivo. Tras un ligero parón, el ejecutivo inquense ocupa un lugar preeminente en los despachos del Palau, contando con la total confianza de la junta.

El nuevo gerente tomó posesión de su cargo con el inicio del mes de julio, renunciando a su habitual ocupación profesional para dedicar su tiempo al club de sus amores. Drac Inca recupera el tiempo perdido con Maura, que define el proyecto del equipo inquense como «ambicioso, aunque complejo por el nivel que ha adquirido la competición y la profesionalización que caracteriza a la LEB. Desde la gerencia, intentaré llevar un serio control económico del club, formado parte a la vez de la junta gestora. Sé que tengo una responsabilidad muy grande», señaló.

El nuevo fichaje demostró haberse fijado unos objetivos concretos. «Deberemos tener un amplio contaco con la masa social, y de forma muy especial, una gestión transparente y lograr una estabilidad económica», destacó Antoni Maura, que para el presidente Sebastià Penya tiene «fácil» superar la labor de Artigas. Su vinculación es indefinida, y que depende de la confianza de la gestora. A la hora de valorar la plantilla en confección, habla de «un equipo atractivo y que espero que cumpla sus objetivos», concluyó.