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Los relojes marcaban más de las doce de la noche y los jugadores, cuerpo técnico y directiva del Real Mallorca habían participado en la fiesta «Som a sa Champions» en el campo de césped artificial en Son Moix. El equipo había superado al Oviedo y cerraba una campaña en la que se habían superado los mejores registros y se había conseguido la clasificación para disputar la Champions League. Los jugadores se merecían una celebración y se reunieron en el Hotel Valparaíso Palace para festejar un año plagado de éxitos. En el menú ensalada, merluza, solomillo, tiramisú, café y licores finos para una cena de fin de temporada a la que no faltó nadie.

Antonio Asensio Mosbah, propietario del Mallorca, y Mateo Alemany, presidente del club, fueron de los primeros en llegar a la cena. Se sentaron juntos en la mesa presidencial y conversaron con frecuencia. Ambos tienen mucho trabajo para preparar la próxima temporada. Junto a ellos se sentaron el técnico Luis Aragonés y su esposa.

Los jugadores se repartieron en mesas colindantes. Los mallorquines Miquel Àngel Nadal, Paco Soler y Marcos Martín se sentaron juntos. Javier Olaizola y Lluís Carreras tampoco se separaron, mientras que los jugadores del filial que están inscritos con la primera plantilla, llenaron su propia mesa. La cena y la posterior fiesta se prolongaron hasta altas horas de la madrugada.