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Luis Aragonés hizo inventario ayer de una temporada sobresaliente. El preparador madrileño realizó un balance positivo del curso, sin olvidar el último compromiso ante el Oviedo, y aprovechó para apuntar que alcanzar la segunda posición de la tabla sería el mejor recuerdo que puede tener del club mallorquín: «Lograr el subcampeonato sería la mejor despedida y lo mejor para la entidad, porque evitaría jugar la fase previa».

Aragonés agota sus últimas horas en la Isla y cada palabra que emana de su boca se convierte en una joya. El técnico de Hortaleza allana el camino para su salida y sus frases ya suenan a adiós; «Me quedo con todas las cosas que me han pasado esta temporada, porque todo ha sido vivencias preciosas. Me quedo con la afición, que siempre ha acudido cuando la hemos necesitado y ha mostrado una buena predisposición. Pero, sobre todo, me quedo con la plantilla; creo que es una de las mejores casetas que me he encontrado en mi vida. Tiene calidad, un buen trato humano y me gustaría que la gente revalorizara todavía más a este equipo», destacaba Aragonés.

Con pie y medio en el Atlético, el entrenador asegura que «el domingo sólo estaré pendiente del Mallorca y lo único que deseo y quiero es que el equipo quede lo más arriba posible. Pero el cariño se debe quedar al margen de la profesionalidad y el Atlético de Madrid me ayudó a hacerme un hombre. Ya tendré tiempo de saber si el año que viene entreno en Primera o en Segunda».