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No hace falta indagar demasiado para llegar a la conclusión que el Bàsquet Muro está ante el reto más excitante de su breve historia. Figueras puede marcar un punto de inflexión en la vida de un club que siempre ha vivido el baloncesto sin cruzar el charco. Después de varias intentonas que acabaron en saco roto, el cuadro blanquiazul puede jactarse desde hace varias semanas de haber logrado el título balear de Primera División y también haberse ganado el derecho a intentar el asalto a la Liga EBA, su reto más excitante.

De hecho, este Bàsquet Muro fue diseñado para ello. Ganarlo todo en la competición doméstica y hablar alto a los catalanes. La historia deja claro ningún mallorquín lo ha conseguido. Cronológicamente, fracasó el Bàsquet Inca; siguió sus pasos el Mallorca BC y se dio de bruces el Gesa Alcúdia. Ahora, tras el turno del menorquín Opel Jovent, ha llegado el turno del Muro. Alella, Cornellà y Figueres aparecen en su camino. Son los tres mejores equipos de Catalunya y eso siempre infunde respeto, pero esta vez el campeón balear parece tener muchas cosas que decir.

Miquel Ramis, alcalde de Muro, ha dejado claro durante los últimos días que lograr una plaza en EBA "ascienden los dos primeros" se ha convertido en una ilusión común. El club sabe que si brilla sobre la pista tendrá máximo apoyo del consistorio y eso es un punto de partida fundamental. Deportivamente, medir las opciones del cuadro mallorquín resulta complejo. Acude despojado de cualquier favoritismo, pero en un equipo donde conviven Guillem Coll, David Polo y Víctor Fernández el crédito está fuera de toda duda.

Habitualmente, en un torneo de estas características "todos contra todos a una sola vuelta", técnicos y jugadores suelen otorgar una trascendencia especial al partido inaugural. Suele marcar el futuro. Bàsquet Muro se estrenará ante el Alella, sobre el papel, el equipo que mejor se adapta a sus características. El mallorquín es un conjunto al que no le gusta correr demasiado y al Alella tampoco. Esta tarde "a partir de 19.00 horas", la escuadra balear empezará a saber por donde van los tiros.