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El clásico del equilibrio es también el clásico de las urgencias. Drac Inca y Menorca Bàsquet reeditan el enésimo pulso del baloncesto balear con poco margen para el error y la intención de perpetuarse entre la elite, alambre por el que se mueven cual funambulista. Un triunfo les separa, pero la distancia que media entre una victoria o una derrota es abismal (Palau d'Esports d'Inca, 18.30 horas, Televisión Española).

Los argumentos que Inca y Menorca presentan son antagónicos. El grupo de es Raiguer encara el envite sin los centímetros de Aldama y con la preocupación que supone contar con pocas alternativas en el cuerpo a cuerpo. Cerca del aro sólo Montañana y Crespo son fiables, porque Lighfoot ha evidenciado poca versatilidad y su juego tiende a escapar lejos de la canasta. Mientras, Quino Salvo cuenta con un manojo de recursos en la pintura "desde Savane hasta López Vilas" y un abanico de opciones en la pizarra. Jordi Muñoz y Morón han ganado protagonismo en el ataque menorquín y las expectativas de los de Maó se han disparado. Con todo, el equilibrio es tangible.

La perentoria necesidad de ganar azuza el choque. El Drac Inca suma un triunfo más que el Menorca Bàsquet y eso delata paridad. Los inquenses piensan en sumar para asaltar la cuarta posición "que actualmente ostenta el Granada tras la derrota que los mallorquines cosecharon en La Laguna" y los menorquines para desplazar al Inca. Si los de José Luis Abós salen airosos del enfrentamiento, sólo el factor pista preocupará en el club que preside Sebastià Penya. A falta de tres jornadas, acabar entre los cuatro primeros sería la obsesión. Sin embargo, una derrota ensuciaría la trayectoria del Drac Inca y encendería la luz de alarma. El calendario que le espera a los mallorquines es complicado "visitas a Manresa y Murcia" y entrar en el segundo ciclo se convertiría en la preocupación primaria.

En Maó hacen números siempre subordinados al resultado del clásico. Salvo confía en ganar los dos partidos en casa (ante los colistas Ferrol y Badajoz) para lograr la clasificación. Una victoria esta tarde en Inca les daría otra perspectiva e incluso pensarían en acabar entre los cuatro primeros. Los menorquines necesitan ganar por un margen superior a cuatro puntos para volcar el basketaverage y empujar a los mallorquines. Luego afrontarán dos compromisos en casa y cerrarán el curso en Maó con la opción de sentenciar.