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EFE - Sepang (Malasia)
El alemán Michael Schumacher (Ferrari F2001) ha vuelto a ganar su apuesta, al salir con neumáticos intermedios en medio del diluvio, para lograr una aplastante victoria en el Gran Premio de Malasia, segunda prueba puntuable para el Campeonato del mundo de Fórmula Uno, en la que Fernando Alonso (Minardi-European) ha sido decimotercero.

La de ayer fue la 46 victoria de Michael Schumacher y la séptima consecutiva que logra, con lo que se acerca a las nueve que el también ferrarista Alberto Ascari consiguió entre 1952 y 1953. Fernando Alonso ha vuelto a cumplir con lo previsto, terminar la carrera, pero esta ha sido un calvario para el piloto asturiano, que ha tenido que detenerse en cinco ocasiones en boxes para cambiar neumáticos, a pesar de lo cual ha terminado por delante de su compañero de equipo, el brasileño Tarso Marques, que tan sólo paró tres veces.

La tormenta que descargó sobre el circuito de Sepang obligó a neutralizar la carrera entre las vueltas cuatro a diez, a pesar de lo cual era tal la cantidad de agua acumulada en la pista que los coches se salían a pesar de llevar neumáticos de agua y Alonso no se escapó a la regla general, aunque pudo terminar la prueba.

Quizá en esa salida de pista dañó algún elemento de la suspensión, lo que le obligó a detenerse más veces de las previstas al deteriorarse los neumáticos. Sin embargo el piloto asturiano, al igual que ocurrió hace quince días en Australia, atacó hasta el final y si entonces logró su vuelta rápida en el último giro, ayer lo hizo a cinco del final.

El de ayer fue el tercer doblete consecutivo de Ferrari en las tres ediciones que se han disputado del Gran Premio de Malasia y para ello la escudería italiana ha contado con la suerte de los campeones, ya que en la tercera vuelta, cuando Michael Schumacher y Rubens Barrichello ocupaban las dos primeras posiciones y comenzaba a llover, ambos se salían de la pista al verse sorprendidos por el aceite dejado por el motor del coche de Olivier Panis.