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El ciclista del Kelme Javier Otxoa permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con pronóstico muy grave, politraumatismo y hemodinámicamente inestable, según el parte médico emitido ayer al mediodía por el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga. Otxoa presenta un traumatismo craneoencefálico grave con escala de Glasgow de grado 5, contusión cerebral hemorrágica, traumatismo vertebral con afectación de vértebras torácicas de la sexta a la décima y probable afectación de la médula espinal, al apreciársele contusión y edema.

También tiene fracturas costales múltiples, contusión pulmonar, insuficiencia respiratoria aguda y fractura de ambos húmeros, la del derecho más compleja al ser multifragmentaria con participación de escápula y acromio. La intervención quirúrgica a la que fue sometido la pasada madrugada consistió en la fijación externa de la fractura de tibia y peroné izquierdos, informó el jefe clínico de la UCI, José Antonio Benítez, que señaló que el paciente se encuentra hemodinámicamente inestable y precisa de drogas vasoactivas.

Según este doctor, que transmitió exclusivamente la información del parte médico por deseo de la familia del ciclista, la evolución desde que fue ingresado ha sido «la esperada dentro de la gravedad». El próximo parte médico ha sido fijado por el Hospital Regional Carlos Haya para el mediodía de mañana, aunque podría emitirse otro esta tarde si se producen variaciones en el estado de Javier Ochoa. El ciclista accidentado fue visitado en este centro sanitario por sus familiares y por el director del equipo Kelme, Vicente Belda.

El conductor del vehículo que causó la muerte a Ricardo Otxoa y graves heridas a su hermano gemelo Javier, es el director general de Deportes de la Universidad de Málaga, Sebastián Fernández López. El rector de la Universidad malagueña, Antonio Díez de los Ríos, informó de que, en el momento del accidente, Fernández López, que conducía un vehículo marca Volvo, hacía un desplazamiento particular y no se dirigía a ningún acto oficial.