TW
0

Bàsquet Inca tiene previsto realizar un exhaustivo estudio de la situación económica por la que atraviesa la entidad después de las divergencias que ha creado el balance de situación presentado por José Antonio Artigas, director general del club. Pep Mula, directivo que semanas atrás se integró a la junta gestora, encabezará una comisión especial creada a tal efecto y de la que también podría formar parte Martí Llull, antiguo vicepresidente económico del Inca.

Según ha podido saber esta redacción, el conflicto se abre cuando Artigas y Andreu Arrom, directivo responsable del área económica, exponen en junta versiones diametralmente opuestas sobre las previsiones de ingresos y gastos con las que se cerrará el ejercicio 2000/01. El director general sustenta que se finalizará la temporada con un superávit que roza el millón de pesetas, mientras que Arrom augurá un déficit importante. Este hecho genera una situación de alarma entre los miembros de la gestora y se producen diversas reuniones en las que sólo se añade confusión. Días después, los directivos más influyentes de la entidad han optado por encargar una auditoría interna que ofrezca datos fiables sobre el estado económico del club.

A principo de temporada, Bàsquet Inca se trazó el objetivo de finalizar el ejercicio con un superávit cercano a los seis millones de pesetas para mitigar la deuda acumulada durante los últimos años, de ahí que exista una sensibilidad especial ante la diversidad de opiniones que han ofrecido Artigas y Arrom. «Consideramos que todavía podemos consumar el objetivo que nos marcamos durante el verano, pero hay cosas que no encajan», aseguró ayer a este diario un portavoz del club.

En otro orden indicar que la secretaría técnica del Bàsquet Inca sigue trabajando para contratar a un jugador extranjero que supla la vacante dejada por Kelby Stuckey. El club ha realizado las primeras ofertas, aunque se ha descartado que el nuevo fichaje pueda debutar el viernes en la cancha del Ferrol.