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La primera edición de la Vuelta a España del siglo XXI, que arrancará en Salamanca el 8 de septiembre y terminará en Madrid el 30 de ese mes, apuesta por el denominado «ciclismo del futuro» con etapas cortas manteniendo la montaña y las jornadas cronometradas. En la edición quincuagésima sexta habrá seis finales en alto, uno de ellos en la modalidad de contrarreloj individual, por lo que los escaladores estarán en su salsa, a pesar de que tendrán como hándicap 96 kilómetros de contrarreloj individual prácticamente llanos, además de los 18 de la cronoescalada.

Lejos de suavizar el trazado de las últimas ediciones, los organizadores de la prueba, tras el éxito del pasado año con un recorrido similar, han incluido algo más de montaña para intentar conseguir mayor espectáculo. Esos finales en alto están ubicados de manera estratégica. El primero de ellos en la quinta etapa con final en Lagos de Covadonga y Alto de la Demanda en la octava, una especie de aperitivo antes de afrontar el periplo de los Pirineos, donde habrá tres jornadas seguidas de alta montaña.

La estación de La Molina (décima etapa), acto seguido el final en la andorrana de Pal y pocas horas después la cronoescalada, también en territorio del Principado de Andorra, en Arcalís, una de las novedades de la Vuelta, pues esa modalidad ciclista había estado ausente desde 1993. Esa crono está considerada como una de la etapas claves de la Vuelta 2001, pues aunque no se decidirá la carrera si eliminará a un buen número de corredores que aspiraban al podio.

El menú montañoso se completa con los finales en alto de la sierra alicantina de Aitana, un final inédito en la Vuelta al ser la primera vez que el pelotón llega a ese monte, al principio de la última semana de la prueba y el alto de Abantos, en la sierra madrileña y que volverá a ser la última oportunidad para los escaladores al llegar en la penúltima jornada. En el lado contrario, los escaladores tendrán que esmerarse en los 96 kilómetros contrarreloj prácticamente llanos de la primera etapa de Salamanca, la séptima de Torrelavega, con 43 y la última, por la calles de Madrid, de 38 kilómetros.