Álvaro Novo celebra el segundo gol ante la mirada de Luque y Eto'o. Foto: TOMÁS MONSERRAT.

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Victoria, remontada y escándalo arbitral. Así se podría resumir un partido que el Mallorca empezó perdiendo pero que después consiguió empatar. Y empató por dos circunstancias. Primero porque en la segunda parte fue mejor que el rival y, además, supo aprovechar el hecho de que su rival jugó toda la segunda mitad con diez.

El Villarreal empezó dando dos sustos de auténtico vértigo. Antes de cumplirse el primer minuto de partido, Víctor Fernández, dio muestras de su peligro y lanzó un auténtico misil hacia la meta local al comprobar que Leo Franco estaba adelantado. Poco después volvió a intentarlo disparando desde el interior del área. Ahí Franco estuvo muy acertado y logró enviar la pelota a córner.

El equipo de Aragonés empezó entre bostezos y lo pagó muy caro. Los visitantes dominaban más y mejor y se dieron cuenta de que el Mallorca estaba dormido. En el minuto nueve, otra vez Víctor se metió en el área, disparó con mucha fuerza, la pelota rebotó en un defensa y el rechace lo aprovechó Marioni para fusilar otra vez a Franco y establecer el cero a uno. La noche no empezaba mal, empezaba peor.

El «submarino amarillo» estaba bien plantado, ejercía una buena presión en la zona de creación y aprovechaba las indecisiones locales para serenarse y jugar a favor del crono.

La primera acción de peligro, en favor del conjunto de Luis Aragonés, llegó en el minuto veinte de partido. Engonga envió un balón al interior del área, remató Luque y López Vallejo metió una certera mano que sirvió para despejar la dirección del esférico y evitó que Ibagaza o Engonga lograran rematar a la red. Pero el Villarreal cada vez que merodeaba el área de Leo, Son Moix se quedaba en silencio. Víctor y Marioni llevaban el peligro y aprovechaban las numerosas pérdidas de balón locales, tanto en la zona de creación como en la defensa.